La arqueología no solo se trata de ir tras las huellas de las grandes pirámides, ruinas o tumbas. Con ayuda de la tecnología, es posible rastrear los vestigios de asentamientos humanos de los que no se encuentran huellas que se puedan ver a simple vista.
Resulta que el suelo de los lugares en los que hubo personas asentadas alguna vez guarda algunas huellas. Se le conoce como antrosuelo, y su composición física es diferente a la de los suelos que nunca han sido habitados. Esto permite que un programa informático pueda encontrarlo en un mapa satelital. Y eso hicieron arqueólogos de la Universidad de Harvard y del MIT: combinaron mapas de espionaje de la década de los sesentas con imágenes multiespectrales obtenidas con técnicas actuales y mapas digitales de la superficie de la Tierra para averiguar la ubicación de estos antiguos asentamientos.
El resultado fue este mapa, publicado por la revista Nature, que muestra los resultados del análisis de los resultados de una zona del noreste de Siria durante ocho milenios de historia:
La importancia de este nuevo procedimiento radica en que sistematiza y simplifica una manera de obtener información para los arqueólogos. “Esto se podría hacer usando Google Earth para buscar los asentamientos, pero este método excluye la subjetividad, pues define las características espectrales que se presentan en los sitios arqueológicos”, dijo Jason Ur, el líder de la investigación.