- Dentro de la programación del II Congreso Mundial de e-Learning, una de las conferencias del primer día que más llamó la atención fue la del periodista argentino Andrés Oppenheimer, quien llegó a Cartagena para, de una manera divertida y con bastantes ejemplos, a hablar del desafío presente en nuestra región: la importancia de la educación.
¿Qué es lo que ha hecho que países como China, India, Singapur, Finlandia. Corea del Sur o Israel avancen en crecimiento económico y en la reducción de la pobreza? Que independientemente de sus gobiernos e ideologías, están completamente obsesionados con la educación, la ciencia y la tecnología y creen que siempre pueden mejorar.
La reflexión de Oppenheimer parte de una pregunta que le hizo a Bill Gates sobre qué es lo que hace que los países avancen más rápido, y la respuesta fue la humildad: es necesario reconocer que las cosas no van bien, que los demás siempre lo están haciendo mejor. Así el ranking diga que son los primeros, siempre se puede aprender.
“Un argentino que viene acá a hablar de humildad”, dice Oppenheimer en medio de la charla, pero entre el comentario gracioso viene a hablar de una realidad: la educación latinoamericana está dejando mucho que desear. En las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), que se hace en 65 países, en los que se evalúan ciencias, matemáticas y comprensión de lectura, el país mejor ubicado fue Chile, en la posición 44.
Estamos en la era de la economía del conocimiento: ya ganar por producción de manufactura no es rentable. Las ideas, las patentes y el conocimiento que genera innovación son hoy las mayores fuentes de ganancias, y esto solo se puede hacer de una manera, creando un ambiente en el que la educación, la ciencia y la tecnología en las agendas políticas.
¿Qué hacer para mejorar la calidad educativa?
- Cambiar la forma de pensar: América Latina no debe tener una cultura complaciente de decir que todo va bien. Los latinoamericanos debemos darnos cuenta que estamos mal, y mejorar, competir y ganar.
- Crear movimientos para poner la educación en el centro de la agenda política: los políticos piensan en plazos electorales con el pensamiento de ‘no inviertas en las cosas que no salen en la foto porque eso no trae votos’. La única forma de mejorar es hacer presión desde abajo.
- Formación y reconocimiento de maestros: En Singapur el maestro tiene que ser el mejor y está muy bien remunerado. En Francia, para trabajar en educación a distancia se necesitan los mismos títulos que para una carrera presencial. Necesitamos revaluar la profesión docente para aumentar la exigencia de calidad.
- Necesitamos romper el aislamiento educativo: las universidades están demasiado aisladas, y es ahí cuando el e-Learning puede entrar en acción: la idea es internacionalizar la educación con títulos conjuntos, movilidad estudiantil y programas virtuales.
- El e-Learning tiene que ser una herramienta más usual, no únicamente para brindar acceso a zonas apartadas, sino para todos. La educación todavía no ha llegado a tener una relación profunda con la tecnología y debe tenerla: tiene que volverse una tendencia aún mayor.
Con la alianza entre tecnología y educación se puede dar el primer paso para convertir la educación en una prioridad en nuestros países, fue la conclusión de Oppenheimer.