Antes de que Colombia estuviera de moda , de que se hicieran eventos de tecnología cada semana y de que fuera común que las grandes compañías de esta industria tuvieran sus ojos puestos en este país, Campus Party decidió venir a probar suerte a Bogotá.
Campus Party comenzó en 1997 como una ‘LAN Party’ en un polideportivo cerca de Málaga (España), y tras su primera versión con 250 participantes subió como cohete. Antes de salir de España, había logrado convocar hasta a 8.000 campuseros en un mismo espacio y ya había sido anfitrión de grandes nombres, como Stephen Hawking, Al Gore o Neil Armstrong.
La primera edición colombiana, en 2008, fue la segunda salida internacional de Campus. La primera había sido en Sao Paulo; y había convocado a 3.000 personas. En Bogotá, 2.800 ‘campuseros’ hicieron los honores e inauguraron un evento que los bogotanos no habíamos visto a esa escala: conexiones de alta velocidad y una sola arena sin paredes, llena de computadores, robots, latas de Redbull y ‘geeks’ ojerosos pero felices. Era tal la novedad que los bogotanos hacían fila para ver a los participantes desde una enorme ventana, como si fueran una atracción turística.
Con los años, el evento fue ganando importancia y popularidad. Se convirtió en una cita anual para más de 3.000 personas entre gamers, desarrolladores, creadores de contenidos digitales y ‘geeks’ de todo el país y de países vecinos. Las filas de personas con sus ‘gadgets’ al hombro en las puertas de Corferias se volvieron una tradición. Hubo conferencias memorables, como las de Kevin Mitnick (2009) o Steve Wozniak (2010). El Gobierno comenzó a apoyarlo, y año a año aumentaba su apuesta para que el Campus colombiano fuera un éxito.
Pero más allá de eso, lo realmente importante sucedía en la arena. Año a año, se convirtió en el evento clave para la construcción de una comunidad colombiana de ‘geeks’ y entusiastas tecnológicos. Campus se consolidó como el mayor encuentro de bloggers, desarrolladores, expertos en seguridad informática y –más recientemente– emprendedores digitales del país. Las amistades que nacieron allí se convirtieron en parte importante de nuestras vidas –me incluyo–. Incluso, uno que otro matrimonio se conoció en medio del evento.
Este año, el Campus colombiano se cambió de sede. Ahora está en Medellín, ciudad que ha hecho suficientes méritos para alojar el evento y ser el corazón de la comunidad ‘geek’ colombiana. Las 3.000 entradas para los siete días del evento ya se agotaron, y el cartel de conferencias y la oferta de contenidos promete muchos buenos momentos. Ya falta poco: en pocas horas se levantará el telón y la sexta edición comenzará a escribir su historia.
pertes del diseño de la pagina que no funciona de la manera correcta en algunos dispositivos como en mi avvio 760
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Muchos me comentaron el año pasado (ni que fueran más de 10 personas), que ya no era lo mismo el Campus Party, y aunque se vendieron todas las boletas, realmente no ví gran cosa. Espero que en Medellín cambie la popularidad de este evento.
Muchos me comentaron el año pasado (ni que fueran más de 10 personas), que ya no era lo mismo el Campus Party, y aunque se vendieron todas las boletas, realmente no ví gran cosa. Espero que en Medellín cambie la popularidad de este evento.
Estuve el año pasado, y para mi fue una decepción. Para ser algo privado era inaudito que exigieran presupuesto del distrito, me pareció una buena decisión de la alcaldía no seguir regalando plata a una empresa que cobra carísimo por cada entrada.
Estuve el año pasado, y para mi fue una decepción. Para ser algo privado era inaudito que exigieran presupuesto del distrito, me pareció una buena decisión de la alcaldía no seguir regalando plata a una empresa que cobra carísimo por cada entrada.