Según lo que Google publicó en su blog, muchos usuarios se están quejando de extensiones con malware. Por eso, bloqueará la instalación de las que no vengan directamente del Web Store de Chrome.
Según lo que explica la empresa, algunas extensiones de terceros que ofrecen servicios atractivos para los usuarios son modificadas luego de la instalación, alterando cosas como la página que aparece cuando se abre una nueva ventana, por ejemplo. Obligando a los usuarios a descargarlas desde la tienda, Google tendrá más control sobre las descargas y lo que estas hagan en el explorador, con lo que además podrán sacar del paso las que sean maliciosas.
Esto implica que los desarrolladores que quieran hacer extensiones para Chrome y no las tengan en el Web Store, deben pagar cinco dólares para registrarse y ofrecerlas en la tienda. Todas las aplicaciones que violen los términos de uso de Google, así no sean maliciosas, se verán obligadas a cerrar.
La única excepción a esta nueva política de Google son las extensiones que las empresas crean para uso interno y las que pueden instalar los desarrolladores para pruebas. Estos cambios solo afectarán a las versiones de Windows del navegador.
Me parece muy bien, ya me toco luchar contra http://www.dosearches.com, que se apodero de todos mis navegadores….
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De lujo!
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Esta decisión es sin lugar a dudas lo mas sabio. Controlando la siembra se puede saber que frutos se han de recoger.
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Mmm, entonces la excesiva personalización no era la panacea.
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