Hoy los científicos están buscando la manera de poder imprimir en 3D madera, esmalte dental y otros biomateriales. La Nasa invirtió 100.000 dólares en las investigaciones de Lynn Rothschild y Diana Gentry que prometen entregar un concepto en octubre sobre un proceso de impresión 3D capaz de organizar un grupo de células para excretar material sin vida como la madera.
Hablando con Techcrunch, los investigadores explicaron la manera en la que estos nuevos métodos revolucionarán sobre todo la ciencia, pero también la manera en la que se consiguen materiales para construcciones y otras cosas. Están armando una gran base de datos de células para refinar la manera en la que las agrupan e imprimen o excretan biomateriales sin vida.
“De las células vienen una gran cantidad de productos en la Tierra, desde lana hasta ceda, celulosa y caucho, lo que quieras. Incluso cosas que comemos como carne”, dice Rothschild. Llegar a desarrollar métodos de impresión efectivos para biomateriales sería un paso gigante para la exploración espacial, pues “nadie se va a llevar una vaca o una oveja al espacio”, pero sí una impresora que produzca sus frutos.
Pero muchos científicos plantean que la impresión 3D no solo ayudaría las exploraciones espaciales, sino también a la medicina. El método no fue desarrollado para producción masiva de objetos, dice Shaochen Chen, profesor de nanoingeniería de la Universidad de California, “fue pensado para hacer productos personalizados y muy específicos. Es muy benéfico para la medicina porque todo el mundo es diferente y cada enfermedad es diferente”.
Por lo que veo, en 10 años la tecnología de impresión 3D será tan cotidiana y tan eficiente que si se requiere de algún objeto o material simplemente “Habrá que imprimirlo”.
Por lo que veo, en 10 años la tecnología de impresión 3D será tan cotidiana y tan eficiente que si se requiere de algún objeto o material simplemente “Habrá que imprimirlo”.