La tecnología no solo ayuda a construir prótesis para caminar, correr o realizar actividades del diario vivir. Algunos avances también pueden permitir hacer actividades más complejas como la música. Ese es el caso de Jason Barnes, un joven que tiene una prótesis robótica que le permite cumplir a su sueño de ser baterista, como lo informa NewScientist.
Para usar la prótesis, el joven debe tensar los músculos de su brazo. Esto produce una señal que ayuda a controlar un pequeño motor que maneja las baquetas.
Según The Verge, Gil Weinberg, jefe desarrollador de la prótesis, ya había trabajado con proyectos relacionados con la música y la robótica. En 2006 presentó Haile, un robot baterista que, usando un algoritmo, puede escuchar el trabajo de un músico y crear un ritmo propio para acompañar la tonada.
La prótesis tiene una segunda baqueta que se controla de forma autónoma con su propio motor, y usa un micrófono y un acelerómetro para interpretar el ritmo que Barnes esté tocando. Con esta información produce un ritmo que complementa la música que el baterista, y el resto de la banda, estén interpretando. Este último detalle hace que Weinberg afirme que Barnes es una especie de “baterista súper humano”.
Dado que el algoritmo desarrollado requiere mucha exactitud para crear los ritmos complementarios, Weinberg desea poder implementar la misma tecnología en campos como los carros autónomos y brazos robóticos en el espacio.
La prótesis tendrá su gran debut en el escenario del Festival de Ciencia de Atlanta, que se hará el próximo 22 de marzo. Barnes perdió parte de su brazo al recibir una descarga eléctrica años atrás. Pero esta dificultad no impidió que, diseñando una prótesis más rudimentaria y simple, pudiera ingresar al Instituto de Música de Atlanta.
Imagen: Sitio oficial Georgia Tech