El segundo operador móvil de Estados Unidos, AT&T, anunció un acuerdo para comprar T-Mobile, propiedad de la alemana Deutsche Telekom, que actualmente es el tercer jugador en ese país.
La transacción, por un valor de 39.000 millones de dólares (pagaderos con 25.000 dólares y el 8% de las acciones de AT&T), convertiría de un plumazo a AT&T en el líder absoluto del mercado y dejaría como lejano escolta a Verizon, que en los últimos años ha disputado el primer lugar y durante varios trimestres ha logrado estar por delante.
La transacción aún debe superar el escrutinio del gobierno de Estados Unidos (a través de la FCC, Comisión Federal de Comunicaciones), y aunque los analistas creen que no hay mayores riesgos de que sea rechazada, la magnitud de la unión podría obligar a AT&T a hacer algunas concesiones importantes al regulador.
A finales de 2010, AT&T contaba con 95,5 millones de suscriptores, y T-Mobile, con 33,7 millones, frente a 94,1 millones de Verizon. La unión se completaría en aproximadamente 12 meses –tras el proceso de aprobación y de la integración técnica– y dejaría un gran operador –que los medios ya denominan ‘AT&T-Mobile’– con más de 129 millones de clientes.
Guardadas las proporciones, la transacción equivale a la compra de Entel por parte de Claro en Chile, o a la de Yoigo por parte de Movistar en España: dejaría un claro líder en un mercado que hasta ahora era parejo. (En Colombia, si Movistar adquiriera a Tigo, a duras penas alcanzaría a obtener la mitad de clientes de Comcel, el operador dominante en el país).
La transacción dejaría ganadores y perdedores. El vencedor obvio es AT&T, que tras varios años de dura batalla por consolidarse en el primer lugar en el mercado, obtendría una gran ventaja del 12% sobre su mayor rival. Deutsche Telekom también resultaría beneficiada, pues su operación en Estados Unidos no ha sido muy rentable y ahora le dejaría el trabajo difícil de T-Mobile al nuevo dueño, a la vez que se quedaría con el 8% del gigante. Los usuarios de T-Mobile también se beneficiarían, pues tendrían acceso a la red LTE (de cuarta generación) de AT&T, que T-Mobile no tenía en los planes, y además podrán adquirir muchos de los teléfonos que no estaban a su alcance, entre ellos el iPhone.
Justamente, un gran ganador potencial de esta unión es Apple. El iPhone, que durante 3 años se vendió exclusivamente en AT&T, y recientemente empezó a venderse en Verizon, contaría con 33 nuevos millones de clientes potenciales para los cuales no deberá desarrollar ningún equipo especial, pues T-Mobile usa la misma tecnología GSM de AT&T.
Los entes reguladores (FCC y el Departamento de Justicia, especialmente) también podrían aprovechar las circunstancias para presionar cambios en las políticas de la industria móvil, pues AT&T debería acceder a nuevas peticiones a cambio de la aprobación de la compra.
Entre los perdedores, Verizon es el primero. Para volver a estar a la par de AT&T, tiene como primera gran alternativa la compra de Sprint, el cuarto operador de Estados Unidos, lo cual podría salirle más caro que T-Mobile a AT&T, aunque el aporte de clientes sea muy similar por parte de estos operadores más pequeños. Sprint, por su parte, es visto por analistas y medios como Business Insider como un posible perdedor, al quedar ubicado como ‘el más pequeño de los grandes operadores de Estados Unidos’. Sin embargo, si la compañía mueve bien sus piezas y logra resaltar sus fortalezas, podría valorizarse ahora que Verizon necesitaría de su base instalada de usuarios. Lo mismo ocurre con U.S. Cellular, un pequeño operador con 6 millones de usuarios, que podría volverse muy atractivo para los grandes, ahora que esta industria daría un paso hacia la consolidación.
Finalmente, no está claro si Google, con su plataforma móvil Android, resulte beneficiado o perjudicado con esta unión. T-Mobile ha sido uno de los operadores que más han apostado por los teléfonos con Android, pero AT&T ha sido el abanderado del iPhone, y en el anuncio de la compra no se mencionó nada al respecto, por lo que habrá que esperar si para Android la unión representa un nuevo e inmenso mercado de 95 millones de usuarios de AT&T, o si se le cierran las puertas de los 33 millones de T-Mobile.
¿Qué puede significar esta negociación para Latinoamérica? Desde el punto de vista de la industria, los resultados de la unión de las compañías, y la nueva operación de un gigante, serán vigilados de cerca por los operadores de la región. En los últimos años no ha habido grandes compras en Latinoamérica entre firmas celulares y unos excelentes resultados de ‘AT&T-Mobile’ podrían hacer retornar el péndulo hacia una era de compras y consolidación en la industria.
Por otro lado, podría haber una consecuencia indirecta para los clientes potenciales del iPhone: si en la actualidad Latinoamérica está relegada en la disponibilidad del teléfono de Apple –la compañía de la manzana lo empieza a distribuir a los operadores de la región con meses de retraso, y con pocas unidades disponibles–, ahora que el mercado potencial en Estados Unidos se incrementa en 33 millones de usuarios, esto podría representar más retrasos y menor disponibilidad en la región. Sin embargo, queda al menos un año para que Apple se prepare e incremente su capacidad de producción (es más difícil que los operadores locales entiendan el verdadero potencial del iPhone como negocio).
Me parece una alianza muy buena, ya que creería que los beneficiados van hacer para los usuarios que disfrutarán de mejores tarifas y de nuevos planes.
las tarifas y los planes surgen de la competencia, no de hacerse mas grande..
Excelente publicación, pero resalto de gran forma el hecho de observar el mercado latino pero sobretodo el colombiano y es algo que se debería tener presente al momento de gran cantidad de publiciaciones para saber k somos un país “globalizado” k llaman…..
Sin mas muy buena publicación