Las historias sobre reinos antiguos no son escasas. Existen series como ‘Vikingos’ o ‘Roma’, producciones cinematográficas como ‘El señor de los anillos’, o sagas literarias como ‘Tirano’. Una narración que nos transporte a otra época o a otro mundo no es difícil de encontrar. Al moverse en los terrenos de la literatura, de las series y del cine —por su estilo visual—, ‘Game of Thrones’ ha logrado destacarse, ganar una gran fanaticada, elevar los índices de audiencia y tenerlos por las nubes. Además, tiene a millones de personas esperando por el siguiente capítulo.
¿Dónde está la clave del show de HBO si la oferta de estas historias no es escasa?
Nadie está a salvo
Generalmente, los protagonistas son a prueba de todo. En la mayoría de las historias podemos tener la tranquilidad de que el personaje principal llegará al final de la narración. En el caso de ‘Game of Thrones’, la cosa no funciona así. Durante la primera temporada, nuestro protagonista ni siquiera alcanza a llegar al capítulo final y las muertes de quienes creíamos que estaban a salvo, van aumentando a lo largo de los capítulos.
Los giros argumentales son una herramienta básica de las historias y eso incluye muertes a diestra y siniestra. En ‘Game of Thrones’ nadie está a salvo. Absolutamente nadie. Cualquier personaje que empecemos a apreciar, que tengamos en la mira, que esperemos ver por mucho tiempo, puede morir en el siguiente capítulo. Así mismo, los odiados antagonistas tampoco son a prueba de espadas, flechas o envenenamiento.
El elemento de ‘lo inesperado’, aplicado a la supervivencia de un personaje, permite que la historia mute de muchas formas, a varias direcciones y que las cosas no se tornen obvias.
Buenos actores que interpretan buenos personajes
La estrategia para que el elemento ‘nadie sobrevive’ pueda tener éxito por un buen tiempo, es que los personajes funcionen: el público se siente identificado y empieza a apreciar esos seres de ficción. A su vez, un buen personaje no vive sin un buen actor que lo encarne. Esos dos factores están presentes en la serie. Las grandes actuaciones de Peter Dinklage, Sean Bean, Lena Headey, Jack Gleeson, entre otros, nos proponen personajes que podemos amar u odiar.
Cuando un gran actor nos entrega un buen personaje, el giro argumental de una muerte inesperada se aprecia mucho más. A su vez, la posibilidad de que nuestro habitante favorito de las violentas tierras de Westeros —mundo ficticio donde tiene lugar la historia— pueda fallecer en cualquier momento, hace que cada una de sus apariciones en pantalla sea valiosa. Los actores logran ese efecto.
La emotividad no se logra solo con algo de música triste o un ángulo de cámara, se gana cuando lo que sucede en la trama mueve algo dentro del espectador. Un personaje entrañable es un buen camino para conseguirlo.
Un mundo enorme
Por contar un universo tan amplio, con tantos bandos, numerosos personajes y distintas historias, siempre hay algo que amar y odiar en ‘Game of Thrones’. No solo hay guerras entre reinos, también hay seres mitológicos de pesadilla que vienen desde el norte, dragones que quieren cruzar el mar para tomar el control de la tierra de Westeros y salvajes que quieren venganza.
Las amenazas nunca faltan en ‘Game of Thrones’, por lo cual las historias son tan variadas como numerosas. No mentiré, en un principio, mientras se acostumbran al mundo de la serie y sus varias facetas, la cosa puede requerir algo de paciencia. Pero una vez estén en las heladas tierras de Winterfell o en el reino de King’s Landing, las historias fluyen y lo adictivo se descubre.
Un épico reino necesita una épica producción
Nunca se ha visto algo del nivel de esta serie en televisión. No me refiero a la siempre cambiante opinión sobre si una historia es buena, regular o mala, sino a la altura en que está la producción de la serie. El último capítulo, emitido el pasado domingo, representa la cúspide de ello.
Los efectos visuales, los escenarios y el vestuario están por todo lo alto. Evidentemente, un carnaval de efectos especiales no está presente en todos los episodios —de hecho, la serie tiene ciertos trucos para evitar gastar más dinero del necesario—. Sin embargo, cuando los grandes eventos de la historia suceden, muchas superproducciones de Hollywood podrían envidiar lo que ofrece la serie en la pantalla chica.
¿Cuál es la fórmula final?
Un universo extenso donde hay historias para todos, donde ningún personaje está a salvo y donde la narrativa puede moverse en cualquier dirección. Una producción que está a la altura de lo ambicioso que propone el show. Esa es la clave de ‘Game of Thrones’, entregar lo inesperado dentro de un universo bien estructurado y visualmente superior a lo que estamos acostumbrados a ver en televisión.
Imágenes: Página oficial en Facebook del programa.
y yo que pense que la formula del exito de esta serie la habia descubierto butters en south park!!!
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