Diego Molano Vega: el ‘ñoño’ que hizo casi toda la tarea

Si el gabinete de Juan Manuel Santos fuera un salón de clase, el Ministro de las TIC, Diego Molano Vega, sería el ‘ñoño’ del curso. No solo por su pinta: cabello peinado en totuma, gafas redondas de cristal, mejillas de niño bueno y algunos gestos torpes, como de ratón de biblioteca.

Tampoco porque sea de esas personas a las que les molesta que las interrumpan cuando están pensando, que se desencaja un poco cuando tiene que saludar a un conocido en la calle y que, cuando tiene los ojos puestos en su celular, se olvida del resto del mundo.

Ni siquiera porque haya sido el ministro más ‘geek’ que ha tenido Colombia, ni porque sea ingeniero electrónico y haya trabajado toda la vida en el sector tecnológico. Molano sería el ‘ñoño’ del curso porque es el único que hace las tareas completas.

El boletín de calificaciones

Como estudiante aplicado el día de la entrega de notas, Molano anda repitiendo una frase en estos meses finales de gobierno:“Solo nos faltó una meta por cumplir”.

Enseguida recita, con una sola bocanada de aire, el rosario de cifras que son sus logros: 8,8 millones de conexiones a internet, 1.078 municipios del país conectados a la red de fibra óptica, más de 2 millones de tabletas y computadores entregados a las escuelas del país, siete nuevos operadores móviles, 7.621 kioscos Vive Digital, 40% de los hogares y 60% de las Pymes conectadas a internet, 38 premios nacionales e internacionales para la televisión pública, computadores 9% más baratos que en Estados Unidos, 1,2 millones de personas beneficiadas de los programas de inclusión social del Ministerio… En suma: 93 de las 94 metas propuestas por el plan Vive Digital en 2010.

La meta que le faltó fue llevar la TDT (Televisión Digital Terrestre) al 75% del territorio nacional: solo la pudo dejar en 60%. No le tenía mucha fe. No solo porque la licitación fue accidentada, sino porque, según me dijo en alguna ocasión, “Colombia es un país en el que todo el mundo está pegado a un cable”. Pero en esa tarea le ayudó la suerte: la pelea de los operadores de TV paga con los canales privados –en pleno Mundial– le dio un muy buen empujón a la TDT.

Cumplió 93 de sus 94 metas

Habría que sumar otro fracaso: la disminución del robo de celulares no se compadece con los esfuerzos que hizo el Gobierno. Ese sigue siendo un mercado floreciente, y los asesinatos por este motivo aún son dolorosamente frecuentes. Aunque hoy se roban –según cifras oficiales– 15% menos móviles que el año pasado, la pelea ha sido lenta porque, según el Ministerio y los operadores, la demanda de esos equipos viene de otros países y, por lo tanto, es inmune a las listas blancas y negras que funcionan en Colombia.

Pero, a pesar de esos lunares, Molano ha izado bandera varias veces: en un evento en enero de este año, el Presidente le dijo a Molano que era “el Falcao del Gobierno“. En las encuestas que el diario La República hace entre los empresarios para calificar la gestión de los ministros, siempre aparece en los primeros lugares. Y en el Mobile World Congress de 2012, en Barcelona, Vive Digital fue galardonada como la mejor política TIC del mundo. Ese, 28 de febrero, confiesa, fue su día más feliz en estos cuatro años.

La plaza pública

Una tarde de enero de 2013, en la que hacía un calor que se quedaba pegado en la ropa, saludó –voz en cuello y destreza de maestro de ceremonias– a un coliseo lleno de gente: “¡Buenas tardes, Quibdó!”. Enseguida extendió su brazo con el micrófono al auditorio para recibir su respuesta.

No era la soltura que se esperaría del ‘ñoño’ del curso. No hablaba con timidez ni con ceremonia. Lejos del ingeniero tímido de la Universidad Javeriana que es (o era), parecía una mezcla extraña entre profesor de primaria y estrella de rock. Caminaba de un lado a otro y se veía muy cómodo, dueño de su espacio, de su cuerpo y de las miradas de su público.

Pero era evidente que no es un orador nato: su entusiasmo bordeaba el desborde. Era el estilo que había aprendido –cómo no– estudiando. Le tocó tomar clases de teatro en el Instituto Internacional para la Administración del Desarrollo, en Suiza, donde hizo una maestría.

“Le perdí el miedo poco a poco, era bien complejo. Y también me obsesioné un poquito con el tema. He analizado al derecho y al revés las presentaciones de Steve Jobs y de líderes mundiales”, dijo.

Molano era el director del espectáculo que montó su ministerio cientos de veces en toda Colombia. El libreto siempre era parecido. Primero, se llenaba la plaza del pueblo. Siempre estaban los políticos locales, los niños de los colegios y los beneficiarios de los programas del Ministerio –con sus respectivas camisetas–. Cuando había espacio, se le daban algunos cupos a los curiosos del pueblo.

Los que no podían entrar, igual se enteraban. Se agolpaban contra las rejas o las bardas de la Policía. Eso era parte del plan; que todo el pueblo se enterara de que el Gobierno iba a entregar tabletas. Y no solo por los réditos electorales.

Cuando se les pregunta, los funcionarios del Ministerio dicen que el objetivo es que el evento sea muy público para que la gente se apropie fácilmente de la tecnología. Y en privado, comentan que parte de lo que se quiere es que los corruptos se sientan disuadidos de hacer cosas raras con esas tabletas. Si los ciudadanos saben de su existencia, se interesarán por que se usen para lo que se deben usar.

El segundo paso era el discurso de Molano. El tercero, una serie de ‘dinámicas’ en las que se promovían programas como Redvolución, que permite que los estudiantes de grados 10 y 11 hagan su servicio social enseñando a otras personas a usar la tecnología, o En TIC Confío, que busca promover prácticas seguras y sanas entre los menores de edad a la hora de usar internet.

El último acto era la entrega de las tabletas. El Ministro se sentaba en las tribunas de los niños y se las entregaba personalmente, en medio de una música de final de reality show. Mientras tanto, los fotógrafos aprovechaban las sonrisas de los pequeños para hacer su trabajo.

Actos de fe

Algunos de sus críticos dicen que Molano tiene demasiada fe en la tecnología. Muchas veces aseguró que quiere usarla para erradicar la pobreza –y de hecho ese es uno de los grandes objetivo del plan Vive Digital 2–. Pero hay quienes apuntan que ninguna herramienta tecnológica, por sí misma, va a solucionar los problemas sociales urgentes del país.

La respuesta del Ministro, por supuesto, es un credo a la tecnología y al mercado: “El solo hecho de que una persona tenga internet, de que un estudiante tenga acceso a todo el conocimiento que está en la red, es un valor infinito”.

Sobre ese tema, su dogma es el mismo de la Tercera Vía, la corriente política en la que el presidente Santos está inscrito: “el mercado hasta donde sea posible, el Estado hasta donde sea necesario“. En otras palabras. El mercado hasta donde podamos. El Estado, hasta donde nos toque.

Un credo a la tecnología y al mercado

Para enfrentar la crisis de calidad de los operadores móviles, por ejemplo, su receta fue la misma: más mercado y más competencia, En teoría, eso debería hacer que los operadores se pellizquen y ofrezcan un mejor servicio.

En estos cuatro años se eliminaron las cláusulas de permanencia, se prohibió a las empresas bloquear las bandas de los celulares, se reglamentó la portabilidad numérica y los nuevos operadores móviles tuvieron camino libre para entrar al mercado. En este Ministerio, las empresas de siempre se tuvieron que acostumbrar a dejar de ser intocables y a encajar un golpe tras otro.

Pero las medidas están muy jóvenes, y todavía está muy pronto como para saber si estos actos de fe consiguen los favores que se esperan de ellos. Aunque el Ministerio tiene una herramienta para mostrar las mediciones que hacen algunos usuarios desde sus smartphones, esta solo funciona en sitios donde alguien usa la app. Por su parte, la Comisión Reguladora de Comunicaciones dejó de publicar las cifras oficiales de calidad en diciembre del año pasado.

¿Está contento con lo que han hecho los operadores para mejorar la calidad? Molano, que siempre tiene una respuesta en la punta de la lengua, toma aire y medita por un par de segundos: “Los operadores sí han hecho lo más importante. Han invertido y siguen invirtiendo muchísimo para expandir la red, sobre todo en las zonas más apartadas del país y en los hogares de estratos bajos“.

Luego añade: “obviamente hay cosas que mejorar. Una de ellas es la calidad“. No puede ignorar al elefante que tiene en frente.

El futuro

El Ministro extraña el sector privado. “Los procedimientos del Estado son muy complejos. Mire, los sistemas de contratación están hechos para que el país sea muy lento. Es totalmente frustrante“.

Además, está cansado. El suyo fue un trabajo de domingo a domingo, con apenas algunas horas libres al final de la semana. En esos momentos cocinaba o iba a cine –sin escoltas, o al menos lejos de ellos–.

Si quisiera, Molano volvería a ser un alto ejecutivo el ocho de agosto. Es una superestrella mundial de las políticas en TIC. En el último Mobile World Congress, su agenda estaba llena de páneles y cenas, con invitados que iban desde el presidente de AT&T o el director del FCC estadounidense, hasta Shakira y Gerard Pique. Mark Zuckerberg le canceló a última hora.

El Ministro extraña el sector privado

Pero, a estas alturas, nadie sabe –o nadie quiere decir– qué va a pasar con él en el segundo mandato de Santos. Cuando le preguntan, evita la cuestión con gambetas de político –”lo que decida el Presidente”–. Fueron las mismas que utilizó, cuando le tocó, en el Congreso o con los periodistas que le lanzaban ‘papas calientes’. Son las mismas que le han permitido esquivar muchas críticas en estos cuatro años.

Es extraño que haya tanta intriga por un Ministro de las TIC. Esa cartera no suele llevarse los titulares, pero este ministro se salió de ese molde. Él dice que su mayor logro fue “haber hecho que las TIC fueran importantes para el país“, pero no nos engañemos: siempre lo han sido. En realidad, su mayor logro fue conseguir que la tecnología, por primera vez en la historia, fuera importante para el Gobierno.

Imagenes: ENTER.CO, Ministerio Tic Colombia (via Flickr).