Por: Alvaro Hernando Talero
Mi primera impresión sobre la Samsung Galaxy Tab S es de comodidad y seguridad al ser manipulada a dos manos. Muy liviana y lo suficientemente delgada para ser de fácil manejo, a esto ayuda las textura de la tapa posterior, que a pesar de ser plástica, a simple vista cualquiera pensaría que es algún tipo de cuero.
Esquinas redondeadas, botones de volumen y encendido de fácil acceso y lo mejor su conector de carga situado en uno de sus costados (la primera Galaxy Note 10.1 lo tiene en el borde inferior y al ser utilizada con el “BookCover” se vuelve imposible mantenerla conectada a la corriente), este es quizás para mi el mayor acierto en su diseño.
Sin embargo no todo es un acierto en su diseño, sus botones capacitivos resultan un poco ineficientes a la hora de utilizar la tableta de forma horizontal pues sus logos son fijos y al cambiar de orientación la tableta no son correctos visualmente, un aspecto de usabilidad que pasó desapercibido.
La duración de la batería es simplemente extraordinaria, durante una semana (que fue el periodo de prueba) solo tuve que cargarla dos veces, dándole uso en las noches y el fin de semana.
En cuanto a novedades, el detector de huellas para desbloqueo se lleva el primer puesto, es un tipo de seguridad que igual que el reconocimiento fácial o de iris, no implica recordar un patrón o una larga y difícil contraseña. Muy útil para usuarios de cualquier edad que no van a tener más que deslizar su dedo por la pantalla para hacer uso de su tableta.
Otra de las novedades que salta a la vista es la calidad de su pantalla y el amplio ángulo de visión que a pesar de ser algo que no muchas veces utilizamos o que simplemente no lo percibimos, en momentos de contraluz o al trabajar con ella como pantalla secundaria (en la oficina junto al PC) es de mucha ayuda y evita tener que hacer mayores esfuerzos visuales.
Sin embargo, luego de un par de horas de uso, el brillo de la pantalla se empezó a tornar un poco molesto, quizás mis ojos aun no están acostumbrados a tanta vividez en una pantalla.
La fluidez de la tableta es muy buena, el desplazamiento entre pantallas, el despliegue del panel de notificaciones y de la barra de aplicaciones para vista en ventanas múltiples, hacen sentir al usuario que esto es una tarea tan sencilla como pasar la hoja de un libro.
Sin embargo con el menú de aplicaciones de ventana múltiple tuve varios sinsabores; el primero fue al querer ocultar el menú, pues realice el desplazamiento del dedo fuera del marco que encierra las aplicaciones, lo que origino el desplazamiento al escritorio de contenidos que trae por defecto la tableta (Luego de un par de pruebas pude memorizar que para ocultar dicha barra es necesario desplazar el dedo sobre el recuadro que encierra las aplicaciones).
El segundo fue al manejar ventanas múltiples, fue allí cuando la fluidez y la intuición de uso de la tableta entraba en un punto crítico, espero que en versiones futuras o con actualizaciones de software (pues el hardware es más que suficiente) se corrijan estos pequeños detalles que hacen que algunas funciones no sean utilizadas por usuarios exigentes.
Por último y como un punto de inflexión, la ausencia del S Pen, detalle defendido por muchos y atacado por otros, será uno de los factores a tener en cuenta, pues al igual que los nuevos mecanismos de desbloqueo, esta interfaz juega un papel fundamental en la inclusión de cualquier tipo de usuario. Si fuera un regalo para mi mamá, seguramente sería un aspecto a considerar.
Imagen: Kārlis Dambrāns (vía Flickr).
