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(Un viaje al fondo de Hi5, por si no se acuerdan de cómo leer el título)

Muchos sucumbimos en lo que fue una de las redes sociales más populares hace 10 años: Hi5. Con mis queridos colegas Sergio Fabara y Camilo Martínez tuvimos la duda existencial sobre qué había pasado con este exitoso sitio web. ¿Seguiría vivo? Si sí, ¿cómo funcionaría en este momento? ¿Qué hace ahora la gente en Hi5?

Los tres nos acordábamos de la red social que pudo haber estado donde está Facebook hoy, con un perfil sencillo, amigos favoritos e incluso con lo que muchos sueñan (y a la vez no) en la red social de Zuckerberg: saber quién ha visitado nuestro perfil. Todo eso fue Hi5 en su momento. Decidimos entrar al sitio Hi5.com, crear una cuenta y empezar a explorar qué había pasado con aquella red social de nuestra adolescencia.

Al registrarnos nos llamó la atención que nos preguntara para qué estábamos ahí. Las opciones eran: conexiones románticas, jugar a mascotas y encontrar nuevos amigos. Naturalmente marcamos ‘jugar a mascotas’, pues era la opción más graciosa y seguramente contribuiría más con nuestra ‘investigación’.

En 10 días de usar Hi5 estas fueron nuestras conclusiones

El sitio se vende como “la red social para conocer a nuevas personas” y cumple su promesa. En dos semanas nos agregaron 136 personas, sin hacer ningún esfuerzo, salvo completar nuestro perfil –de mujer– y poner algunas fotos –de mujer–. Podemos dar fiel testimonio de que conocimos nuevas personas.

Hi5 ya no es un sitio para adolescentes, ni mucho menos para conocer gente a nuestro alrededor. Allí encontramos numerosos pretendientes de múltiples países como Turquía, Jordania, Arabia Saudita, Trinidad y Tobago, Chile, España y muchos más. Muchos superaban los 50 años, eran casados y tenían fotos que evidentemente no correspondían con la edad que marcaban en su perfil.

Sin embargo, a sus múltiples usuarios no les gusta pasar mucho tiempo en Hi5. La mayoría dice que es una plataforma obsoleta y la usan como un ‘lobby’ para encontrar con quién irse a otros servicios, como WhatsApp, Facebook, celular, Skype o Line. Tuvimos que inventarnos varias excusas para seguir comunicándonos por medio de la plataforma.

Lo de las mascotas es un enredo. En la plataforma tienes dinero virtual que te permite comprar ‘mascotas’. Es decir, otros usuarios. Entre más veces te compren, tu valor en la red social se incrementará. Podrás tener mayores beneficios si compras oro, que por increíble que parezca, maneja estas tarifas:

Con el oro también puedes mandar amor, guiños y regalos (que son carísimos, por cierto).

El perfil podía ‘engallarse’ al mejor estilo MySpace, con fondos y ‘stickers’ y cosas exóticas. Nosotros, por supuesto, lo hicimos como corresponde:

Hay una especie de Tinder que se llama ‘Conóceme’, en la que puedes dar ‘like’ y hacer ‘match’ con unos cuantos extraños.

Allí, muchos prefieren ir al grano. El amor en internet muchas veces exige ser claros en materia:

Nosotros solo queremos ‘Jugar a mascotas’

Los emoticones con caracteres se mantienen vigentes

Algunos sacan su lado poeta

Otros su lado millonario

El estafador de la mano de Google Translate:

Hi5 también tiene un centro de notificaciones parecido al de Facebook en donde nos informaba sobre nuestros nuevos amigos, las comentarios en nuestras fotos, los ‘likes’ a nuestras publicaciones y hasta la presencia en otras fotografías.

Si nos ponemos un poquito técnicos, Hi5 no es una plataforma intuitiva. La red social cuenta con varios ‘bugs’ y parece tener un código viejo. Como que ahí sí se quedó en 2004. Eso sí, se mantiene también la función particular de ‘quién ha visto tu perfil’.

La verdad, Hi5 no está cerca de ser el exitoso sitio que alguna vez fue. Nos hizo reír bastante estas dos semanas pero, sensatamente, no es una red social para quedarse. Al lado de Hi5, Facebook es un verdadero paraíso.

Y ustedes, ¿fueron usuarios de Hi5 alguna vez?

Imagen: archivo y lisap (vía Flickr).