Tras 10 años en el espacio y más de dos meses orbitando a 30 km de su destino final, la nave espacial Rosetta se prepara para intentar, entre el martes y el miércoles, la hazaña para la que fue creado: ‘aterrizar’ en la superficie de un cometa. Este martes, a las 4:00 p.m. hora de Colombia (21:00 GMT), la nave espacial comenzará el proceso de despliegue del vehículo Philae, que cuenta con 10 instrumentos que permitirán explorar, por primera vez, la superficie de un cometa.
Se trata del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, un cuerpo celeste de 4 km de ancho que actualmente está a 673 millones de kilómetros de nuestro planeta, como informa Ars Technica.
El proceso será de tres etapas. En la primera, Rosetta cambiará de rumbo en dirección al cometa. La segunda, que se espera que ocurra alrededor de las 3:30 a.m. del miércoles (08:30 GMT), es la separacion del Philae del resto de la nave espacial, tras lo cual se espera que arribe a la superficie del cometa a eso de las 11:00 a.m. (17:00 GMT).
Ya allí, Philae usará los 10 instrumentos que tiene a bordo para estudiar el cometa: sonares, espectrómetros, cámaras y un pequeño taladro que permitirá hacer perforaciones de 30 cm de profundidad.
Hay muchas cosas que pueden salir mal. Como describe Nathalie Starky en Ars Technica, “los científicos no tienen ni idea de qué esperar cuando Rosetta llegue al cometa“. Hasta hace pocos meses se desconocía si la superficie es sólida o no –lo es–, o si su campo gravitacional es lo suficientemente fuerte como para mantener en su sitio al vehículo Philae.
Y aun si Rosetta no logra llegar a la superficie, los 1.000 millones de euros que la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) invirtió no fueron en vano. El solo proceso de aproximación, que usó la fuerza gravitacional de varios cuerpos celestes e involucró muchos y complejos cálculos –la nave no tiene a bordo un sistema de orientación–, es un gran éxito: es como una carambola de billar de altísima precisión, en la que la dirección y el movimiento están dados por las fuerzas físicas del universo y no por los motores de la nave.
Además, ya hemos podido recibir algunas imágenes impresionantes de la superficie de 67P, como esta:
¿Por qué queremos estudiar un cometa? Porque estos cuerpos celestes tienen la clave del origen de nuestro planeta. Se supone que éstos permitieron la llegada a la Tierra de algunos elementos claves para la vida, como el agua, y aun hoy estos elementos posiblemente estén allí. Se piensa que cometas como 67P “han preservado los primerísimos ingredientes del sistema solar, y que actían como una pequeña cápsula del tiempo congelada profundamente“. Si quieres seguir de primera mano el ‘aterrizaje’ de Rosetta, la ESA lo transmitirá en vivo aquí.
Imágenes: ESA