Desde sus comienzos, la tecnología ha sido utilizada para la investigación médica, pero por lo general su papel es procesar datos, ejecutar programas y realizar cálculos. Es poco común que un hardware tenga un uso si no hace lo que el usuario espera, pero ese es el caso de DICERN, una máquina creada en la Universidad de Texas para estudiar cómo funciona la esquizofrenia y qué relación tiene con la manera en que almacenamos nuestros recuerdos.
DISCERN es una red neuronal, lo que significa que no procesa información de la misma manera que los computadores tradicionales sino que se parece más al proceso que ocurre en el cerebro humano. En lugar de almacenar su información en unidades individuales de datos divididas en diferentes compartimientos, DISCERN aprende las cosas por repetición y las interpreta como “relaciones estadísticas entre palabras, oraciones, ‘scripts’ e historias”.
La teoría de los investigadores detrás del proyecto, Uli Grasseman y su profesor y mentor Risto Miikkulainen, es que al recordar y aprender de la misma manera en que lo hace el cerebro humano, DISCERN debe de tener las mimas debilidades. Por lo tanto, se le puede aplicar una de las hipótesis que más fuerza tienen en la actualidad sobre el origen de la esquizofrenia que dice que se trata de un desorden químico en el cerebro que afecta los niveles de dopamina.
Según la medicina, la dopamina es uno de los químicos que regula varias funciones cerebrales, entre ellas es la memorización de las cosas. No todos los detalles deben ser recordados y para marcar aquellos que valen la pena el cerebro usa la dopamina. El problema es que si la persona tiene demasiada y no la regula, deja de olvidar cosas que no tienen mayor importancia, lo que se degenera en paranoia, confusión y otros síntomas típicos de la esquizofrenia.
El trabajo de DISCERN y sus creadores fue recrear las condiciones cerebrales que llevan a esa sobre saturación de la memoria. En otras palabras, tenían que manipular la red neural para que en lugar de solo recordar los detalles relevantes de las historias que le eran contadas, tuviera una memoria más retentiva y que fuera menos olvidadiza. Después de hacer los cambios adecuados, los científicos comenzaron a contarle diferentes historias a DISCERN y los resultados no se hicieron esperar.
La máquina se enloqueció. Después de varias narraciones, comenzó a confundir cosas de una historia con otra, respondía con lenguaje incongruente, se refería a sí misma en la primera y tercera persona, y cambiaba de tema abruptamente. Todo lo anterior es característico de un esquizofrénico, pero para que no quepan dudas de que estaba loca, DISCERN se declaró culpable de un atentado terrorista.
Aunque el experimento no es una prueba válida de que la esquizofrenia está muy relacionada con la dopamina y la importancia que le damos a nuestros recuerdos, los investigadores de la Universidad de Texas esperan que pieza más en el rompecabezas que debe armar la comunidad médica para encontrar la respuesta definitiva a esta terrible enfermedad.
Excelente este artículo, parece ciencia ficción. Que bueno que un proyecto de este estilo terminara con unos resultados excelentes para la humanidad. http://conntux.blogspot.com/
Pues no, la esquizofrenia no esta relacionada con la forma de almacenar la memoria. El proceso de memoria puede funcionar correctamente; simplemente el sistema se confunde cuando recibe instrucciones claramente ambiguas, que no le permiten definir el fin de la respuesta con los datos y el resultado externo de salida de la informacion resulta incoherente; pero internamente lo es de acuerdo a una reaccion interiorizada qu el exterior no conoce.
Pues no, la esquizofrenia no esta relacionada con la forma de almacenar la memoria. El proceso de memoria puede funcionar correctamente; simplemente el sistema se confunde cuando recibe instrucciones claramente ambiguas, que no le permiten definir el fin de la respuesta con los datos y el resultado externo de salida de la informacion resulta incoherente; pero internamente lo es de acuerdo a una reaccion interiorizada qu el exterior no conoce.