Muchas personas todavía piensan que hay una gran diferencia entre lavar la ropa con agua caliente y agua fría. Aunque los lavados con diferentes temperaturas de agua sí tienen algunas diferencias, no son suficientes para abusar del agua caliente. Según io9, el 60% de la población de Estados Unidos todavía usa su lavadora con agua caliente. Teniendo en cuenta que casi el 75% de la energía que usa la lavadora se va en calentar el agua, es notable el impacto ambiental que tiene este tipo de lavado.
Según Consumer Reports, para los estadounidenses (ojalá existieran cifras para Colombia), usar agua fría para lavar la ropa podría ahorrar hasta 60 dólares el año. Pero más allá del dinero, es mucho más importante tener en cuenta el impacto ambiental que tiene el lavado en caliente. Si todos los hogares de Estados Unidos usarán agua fría para lavar su ropa, podrían ahorrar la cantidad de energía que produce la represa Hoover durante 20 meses.
Sin embargo, todavía hay una creencia que el agua caliente es más eficiente a la hora de lavar la ropa. En términos básicos, el lavado en una lavadora consiste en una reacción química, en la cual diferentes células se adhieren al mugre para limpiar la ropa. En este enlace pueden ver una explicación más profunda al respecto. Con el agua más caliente, la reacción química es mucho más rápida y eficiente, lo que hace que el lavado sea mucho mejor. Ahora, para nadie debe ser un misterio que el agua caliente arruga la ropa y en muchas ocasiones la encoge.
Pero esa creencia solo aplica en los casos más extremos, cuando hay manchas o la ropa esta muy sucia. En la mayoría de los casos, lavar la ropa con agua fría es igual de eficiente que con agua caliente. Esto se debe a varias razones. La primera es que la tecnología de las lavadoras ha evolucionado lo suficiente para que la temperatura del agua no sea una variable tan importante. Por otro lado, los detergentes también han innovado y han dejado de depender en la temperatura del agua para generar la reacción química que deja la ropa impecable.
Sobre todo, los detergentes líquidos han hecho que el proceso se mucho más amigable. Además, tecnologías como el magic dispenser de Samsung ayudan a que el detergente en polvo esté disuelto antes de comenzar el lavado.
“A menos que tengas una muy buena razón para lavar la ropa en agua caliente, como ropa que huele mal o pañales de tela, lava con agua fría. Ahorra energía y tu ropa durará más”, dice Leigh Krietsch Boerner en The Sweet Home.
El agua fría protege la tintura de la ropa y no la encoge lo que hace que la ropa no sufra tanto en cada ciclo de lavado. Es más, algunas manchas (como las de sangre), solo se deberían lavar con agua fría puesto que la más caliente lo único que hace es fijar la mancha.
The Laundry Goddess dice que lavar con agua fría tiene muchas ventajas: “Casi todo se puede lavar con agua fría siguiendo algunas reglas. Solo hay que usar detergente líquido, ya que los de polvo necesitan agua caliente para disolverse. También es importante usar la cantidad de detergente necesaria: muy poco, la ropa no quedará limpia; mucho y quedará con residuo de jabón”. Además de estas reglas, es muy recomendable no llenar al tope la lavadora, pues es necesario dejar espacio para que la ropa pueda moverse.
Varios fabricantes han creado detergentes especiales para crear reacciones químicas eficientes en agua fría, aunque mucho de estos no han llegado a nuestro país. No obstante, como ya vieron, no es necesario usar agua caliente en la gran mayoría de sus lavados. Se gasta más energía y la ropa queda maltratada. Además, con nuevas herramientas como magic dispenser y el Activ Dual Wash, seguro que podrás ser más amigable con el medio ambiente y con tu ropa.
Es importante mencionar el Activ Dual Wash. Esta bandeja secundaria permite hacer un prelavado cuando hay prendas que tienen manchas, posiblemente, evitando el lavado en caliente y ahorrando agua y energía.
Imagen: Samsung.