[#TBT] Nostalgia de años atrás: ‘Saint Seiya’

Ser niño era lindo. Gran parte de la belleza de esa etapa fue gracias a ‘Saint Seiya’. Si bien en nuestra región la serie de televisión era más conocida (y promocionada) como ‘Los Caballeros del Zodiaco’, lo del título era lo de menos. Sin temor a equivocarme, la adaptación a la pantalla chica de este manga fue y será una de las más influyentes en toda la historia de la industria de animación japonesa.

Astronomía y antigüedad animada

El manga fue creado en 1986 por el japonés Masami Kurumada y fue publicado en la revista Shūkan Shōnen Jump hasta diciembre de 1990, cuando fue adaptado posteriormente en una serie de anime que cuenta, por ahora, con cuatro sagas: Saga del Santuario, Saga de Asgard, Saga de Poseidón y Saga de Hades.

Pero más allá de las sagas oficiales del manga se han desprendido también un sin número de películas, precuelas, secuelas y especiales, así como videojuegos y cuanto merchandising se les pueda ocurrir. Es por eso que el universo que rodea a ‘Saint Seiya’ es tan vasto y amplio. Es todo un fenómeno de la cultura pop japonesa, que fue muy bien recibido en países como Portugal, España, Francia e Italia, además de ser un éxito monstruoso en Latinoamérica.

La serie cuenta las aventuras de un puñado de jóvenes y huérfanos ‘caballeros’ o ‘santos’, cuya misión es luchar al lado de Athena, diosa de la guerra griega, reencarnada en la humana Saori Kido para proteger a la humanidad de diversas fuerzas malignas. Un par de elementos que son el eje central de la narrativa son, por un lado, la astronomía, y por el otro, la antigüedad, fundamentalmente la cultura clásica griega.

Seiya, Shiryū, Hyōga, Shun e Ikki (a veces)

El Pegaso, el Dragón, el Cisne, la Andrómeda y el Fénix (a veces) son los personajes centrales de ‘Saint Seiya’, y los santos de Athena. Cada uno de estos chicos gozaban de personalidades muy distintas, pero eso era lo que los hacía más unidos. Cada uno tenía una historia detrás cargada de drama, en la que la superación personal era la columna vertebral de sus logros como caballeros.

Pero eso sí, si algo caracterizaba a cada uno de estos jóvenes (en realidad eran niños, pues tenían entre 13 y 16 años) era el valor de la amistad, y que si tenían que entregar su vida, desangrándose por sus compañeros o por Saori (Athena), lo hacían, pues esa era su misión en la Tierra.

Era una época bien bonita. Con mis primos (quienes ya hacen parte casi siempre de mis anécdotas de #TBT) personificábamos a cada uno de los protagonistas de la serie. Incluso, así como ellos, intentábamos elevar nuestro cosmos a la máxima potencia para alcanzar el séptimo sentido, como si fuéramos los geniales Caballeros Dorados.

Imagen: Captura de pantalla.