El presente y las apuestas de Microsoft en la era post-PC

A mediados de mayo, Microsoft anunció la adquisición de Skype, el popular software para comunicaciones de voz, video y texto, en una operación que ascendió a 8.500 millones de dólares. Con ingresos que el año pasado llegaron a 62.500 millones y hasta hace poco los mayores beneficios de la industria (18.760 millones, que la sitúan como la cuarta compañía en rentabilidad dentro de las 500 de Fortune), esta movida, recibida con escepticismo por muchos analistas, no supuso ningún esfuerzo significativo para el gigante de Redmond que en 2008 llegó a ofrecer 44.000 millones por Yahoo!

En un momento en el que los grandes jugadores de la industria tienen puestas todas sus bazas en Internet y se habla de la ‘era Post-PC’, que se está traduciendo en una dramática desaceleración de las ventas de computadores personales y en un boom de dispositivos móviles como los celulares inteligentes y los tablets, el escepticismo del mercado tiene que ver con que Microsoft sigue generando el grueso de sus ingresos del licenciamiento de software para PC: Windows 7, el sistema operativo que hace pocos días, tras 21 meses de lanzamiento, completó 400 millones de licencias vendidas, y Office (la suite de productividad) en menor grado.

Es verdad que durante los últimos años, la unidad de software empresarial de Microsoft (cuyo foco son los servidores, data centers y bases de datos) se ha convertido en uno de los jugadores más importantes de la industria, con ingresos anuales de 15.000 millones y unos beneficios de 5.000 millones. Tampoco es menos cierto que, de cara al mercado de consumo, Kinect ha sido un rotundo éxito, con ventas superiores a los 10 millones de unidades, a pesar de lo cual Microsoft está lejos todavía de recuperar los 6.000 millones que ha invertido en el desarrollo de la plataforma Xbox, la popular consola de videojuegos cuyas ventas ya sobrepasan los 50 millones de unidades.

“Desde 2000, cuando Windows se convirtió en un producto aceptable para todo el mundo, es decir, sin muchas fallas, Microsoft perdió el incentivo para seguir innovando y su condición de líder en el segmento de la tecnología personal”, dice Horace Dediu, analista de Asymco.

En el negocio de las búsquedas, Bing sigue siendo una unidad de negocios deficitaria a pesar de los elogios recibidos y de las mejoras alcanzadas recientemente, que se han traducido en un aumento de su participación de mercado hasta 13,9% en Estados Unidos, una cifra muy lejana aún del 65,7% de Google, según cifras de Comscore a marzo.

Adicionalmente, según Dediu, desde el comienzo de la década las mayores innovaciones tecnológicas se han producido en la electrónica de consumo, un segmento en el que, con excepción del Xbox, Microsoft no ha sido competitivo, como lo demuestra la muerte del Zune (el reproductor musical que buscaba competir con el iPod), de Danger (fabricante de los celulares Sideckick), o la desaparición prematura de los celulares inteligentes Kin, destinados a los jóvenes.

“Nosotros estuvimos entre los pioneros de este mercado (telefonía móvil) y ahora nos encontramos en un lugar secundario”, admitió recientemente el propio Steve Ballmer, presidente de Microsoft, según un reportaje de la revista Fortune. “Nos perdimos un ciclo completo del negocio”.

¿Resultado? A pesar de los generosos márgenes que le brinda su condición de ser una compañía de software, cuyo sistema operativo para computadores controla el 90% del mercado mundial, la acción de Microsoft ha permanecido en el mismo precio (25 dólares aproximadamente) durante los últimos ocho años, no obstante haber duplicado sus ventas y beneficios, un dato no menor para los inversionistas. En contraste, durante el mismo período, las de Apple se han multiplicado por 20 y las de Hewlett Packard y Oracle han duplicado su valor.

¿Cambio de estrategia?

Cuestionada por algunos y elogiada por otros, la adquisición de Skype por una suma tan elevada no puede ser vista como un movimiento aislado. En febrero pasado, después de muchos rumores, Nokia, el mayor fabricante de celulares en el mundo, anunció la adopción de Windows Phone 7 como su plataforma para su línea de smartphones a partir de 2012.

Lanzado hace ya casi un año, WP7 es un sistema operativo para teléfonos inteligentes que, a pesar de su interfaz atractiva e intuitiva, no ha encontrado todavía la mejor aceptación por parte de los consumidores. En un momento en el que se acentúa la ‘guerra’ de sistemas operativos móviles, los principales fabricantes del mundo han optado por Android, cuyo licenciamiento es totalmente gratuito por parte de Google.

¿Será suficiente el apoyo de Nokia para el despegue de WP7, lo cual podría llevar a otros jugadores del segmento a volcarse también sobre dicha plataforma?

Más aun, a medida que empeoran los resultados financieros del fabricante finlandés –sometido a un duro período de transición, como lo ha admitido su propio presidente, Stephen Elop–, ¿llegará a concretarse una eventual oferta de adquisición por parte de Microsoft, que contaba con 50.000 millones en caja antes de la compra de Skype, tal como se especuló recientemente, aunque fue enfáticamente negado por ambas compañías?

Según Microsoft, la compra de Skype –que cuenta con 170 millones de usuarios únicos que en 2010 hablaron más de 200.000 millones de minutos mediante este software– aumentará el acceso a las comunicaciones de voz y video en tiempo real y traerá beneficios tanto para los consumidores como para las empresas, lo cual se traducirá en nuevas oportunidades de generación de ingresos.

De acuerdo con la firma Gartner, con esta adquisición Microsoft puede avanzar en el segmento de consumo, gracias a la integración de Skype con otros productos y servicios como Xbox, Live y Bing, y ganar acceso al mercado global de las telecomunicaciones sin tener que entrar a un sector altamente regulado.

“Skype puede extender sus servicios de voz y video sobre IP al segmento empresarial y de consumo a través de las marcas con las que ya cuenta Microsoft, así como de sus canales”, explicó Gartner, que espera que Skype pueda mantener la relación que tiene con competidores de Microsoft como Avaya y Cisco, al menos durante los próximos 3 o 4 años.

En el mismo frente de la movilidad, Microsoft ha anunciado que la próxima versión de Windows será compatible con la arquitectura de ARM que, de facto, ha terminado convertida en el estándar dominante en el mundo de los celulares y tablets por encima de los grandes fabricantes de chips para PC, Intel y AMD.

Después de tratar infructuosamente de reinventar la computación personal con los tablet PC, en asocio con un puñado de fabricantes de hardware, el gigante de Redmond parece reconocer su error. Y de hecho, no son pocos los que siguen preguntándose por qué se niega a introducir una versión optimizada de Windows Phone 7 (a la manera de iOS, de Apple) en el mercado de los tablets.

¿Resistencia al cambio? Muchos creen, sin embargo, que la negativa tiene que ver con la rigidez de un modelo de negocio basado en el licenciamiento de software que hasta ahora le ha funcionado bien, pero que con el cambio de paradigma que se está produciendo en la computación personal comienza a acusar grietas y a exigir un viraje de 180 grados que puede llevarlo a incursionar directamente en el mundo del hardware. ¿Y por qué no mediante la compra de Nokia?

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