Una de las misiones de Google es digitalizar todo el conocimiento de la humanidad. Y parte de conocimiento –quizás su parte más selecta y valiosa– ha sido publicada en libros. Por eso, digitalizar libros impresos es un paso natural para la compañía. Desde 2005 lo estaba haciendo, pero Authors Guild, un gremio estadounidense de escritores de libros, demandó la iniciativa de Google porque considera que violaba los derechos de autor.
Luego de un década de peleas legales, el Segundo Circuito de la Corte de Apelaciones de Estados Unidos declaró que el programa de Google era un ‘uso justo’ de los libros y no violaba los derechos de los autores, pues “no ofrece al público un sustituto significativo” de las obras completas que se pueden adquirir en el mercado.
El programa de Google consiste en pedirles prestados grandes volúmenes de libros a bibliotecas estadounidenses, escanearlos, publicarlos en internet, indizarlos y permitirles a los usuarios encontrar fragmentos de los libros en sus resultados de búsqueda. Google no publica los libros completos y restringe el acceso a partes de ellos, y da de baja a cualquier libro cuando su autor lo pide. Además, ofrece enlaces para comprar los libros en su propia tienda, o en librerías que venden ejemplares físicos.
Como informa Reuters, “Google argumentó que el esfuerzo podría, de hecho, impulsar las ventas de libros porque hace más fácil que los lectores encuentras trabajos, y les presentan libros que no hubieran visto de otra manera“.
A los autores les resta una instancia: la Suprema Corte de Estados Unidos, a donde podrían llevar su caso si lo desean. Pero, aun si lo hacen, la Corte podría decidir no estudiar el caso, y es poco probable que lo haga: esa instancia solo estudia un puñado de los casos que le ponen.
Imagen: igor.stevanovic (vía Shutterstock)