Hoy hay dos grandes problemas con las neveras que usamos: que consumen mucha energía, y que buena parte de la comida que almacenamos en ellas termina en la basura.
Sobre lo primero, hay que decir que la industria ha mejorado mucho. De acuerdo con Energy Star, la organización del gobierno estadounidense que mide la eficiencia energética de los electrodomésticos, cambiar un refrigerador de 1990 por uno actual “ahorraría suficiente energía para iluminar el hogar promedio por cuatro meses y medio”. Sin embargo, la carrera por la eficiencia sigue, y algunos están pensando en soluciones radicales.
Y sobre lo segundo, según la FAO –el organismo de la ONU dedicado a la seguridad alimentaria–, “hasta una tercera parte de toda la comida se daña o se desperdicia antes de que sea consumida por la gente”.
Por eso, las neveras del futuro serán, sobre todas las cosas, muy eficientes energéticamente. Algunos están pensando incluso en modelos que no usen electricidad, lo que los haría ideales en ambientes donde la red eléctrica no es confiable, como en las zonas rurales. Por ejemplo, un estudiante llamado Quang Truong del MIT desarrolló Evaptainer, un compartimiento que mantiene los productos fríos hasta por 12 horas con agua y sol.
Por su parte, el diseñador ruso Yuriy Dmitriev mostró hace poco un concepto de refrigerador que mantiene los alimentos suspendidos en un gel que se enfría con luz, con lo que están suficientemente aislados y mantienen una temperatura óptima.
Llevar el inventario
La mejor solución que han encontrado hasta ahora para disminuir el desperdicio de comida es buscar una manera viable de llevar un inventario de los contenidos de la nevera, de modo que el usuario siempre sepa qué se puede cocinar, y no se olvide un producto hasta que ya se pudre.
Ya hay aplicaciones para smartphone que harían eso, como BestBefore o GroceryHero. Pero dependen de que el usuario haga la lista y registre cada vez que saca algo de la nevera, y seamos honestos: la mayoría de nosotros no haríamos eso con constancia. La idea es, entonces, minimizar la intervención humana: que la nevera haga casi todo el trabajo.
Según la organización Sustainable America, algunos emprendedores han salido con ideas como pequeñas balanzas que informan cuántas porciones de comida quedan en la nevera, o como cámaras que permiten echar un vistazo a los contenidos del refrigerador.
Ya hemos visto prototipos de refrigeradores que incluyen un dispositivo móvil, que se pueden conectar con otros dispositivos y que incluso tienen puertos de expansión. Por eso, el desarrollo de esas soluciones podría estar cerca.
Imagen: Noche (vía Shuttertock).
