Uri Levine, el cofundador de Waze, se ha convertido en una especie de ejemplo a seguir para muchos emprendedores. Cuando vendió su startup a Google por una cifra superior a los 1.000 millones de dólares, se dedicó a seguir cultivando el ecosistema emprendedor: invirtió en algunas empresas, creó otras y da charlas por todo el mundo buscando motivar a otros emprendedores.
Su proyecto actual se llama Feex, una empresa que busca reducir los costos de administración de los fondos de pensiones en Estados Unidos. Y, como nota TechCrunch, varias de las empresas en las que ha invertido tienen eso en común: les ayudan a los usuarios a ahorrar dinero. “Esa es mi obsesión –dice–. Mi abuelo decía: ‘si no sabes cuánto estás pagando, estás pagando mucho’”.
Levine está en Colombia. Será el conferencista central del foro Tigo-Une 2015, que se realizará este miércoles en Bogotá. ENTER.CO habló con él, y le pidió algunos consejos para los que recién empiezan a emprender, o están pensando en hacerlo.
Enamórate del problema, no de la solución
Ese se ha convertido en una especie de lema para Levine. La mayoría de startups, dice, se concentran mucho en su solución y no en el asunto que están intentando resolver. Y muchas soluciones son imperfectas y realmente no le atinan al blanco. Por eso, estar tan enfocado en ellas “hace que las empresas progresen en la dirección equivocada”.
Estar “enamorado” del problema, en cambio, permite conocerlo al detalle y tener la sensibilidad correcta, lo que es crucial para entender realmente qué se requiere para solucionarlo. El mejor argumento de Levine es su propia experiencia: “Waze no progresó hasta que solucionamos el problema inicial”.
Hay que saber cuándo tu producto no soluciona el problema
¿Cómo saber si solucionaste el problema? La retención –que los usuarios vuelvan a usar tu producto– es un buen síntoma. Y en general, “la gente te lo dirá. Si les preguntas qué hace tu servicio por ellos, te responderán que les solucionaste el problema”.
Escoge bien a tu cofundador
Si estás buscando alguien que te ayude a cofundar tu empresa, debe tener en cuenta dos características. Mucha vocación emprendedora, y que aporte cualidades que tú no tienes.
Sobre lo primero, lo más importante es que sea una persona apasionada y entusiasta. “Necesitas a alguien que no se rinda fácilmente”, dice Levine. El camino del emprendimiento puede ser vertiginoso y trepidante, y es vital que el núcleo de la empresa tenga la energía y la motivación que se requieren.
Sobre lo segundo, lo ideal es buscar habilidades complementarias que puedan ofrecer un punto de vista relevante y novedoso sobre el problema. Cada industria requiere habilidades específicas, así que si conoces tu problema, sabrás las habilidades que se requieren y tú no tienes, y así podrás entender el perfil de la persona que buscas.
El riesgo es tu amigo
Una de las cuestiones que más diferencian el emprendimiento de otros caminos profesionales es que, en él, el fracaso es bienvenido porque el riesgo es alto.
“No tengas miedo de fallar”, aconseja Levine, pues es parte natural del proceso.
Eso es así porque los buenos emprendedores “se concentran en tomar riesgos”: tienen claro qué están buscando y qué obstáculos deben superar para lograrlo. Por eso, es que la mayoría de las personas más jóvenes suelen ser mejores emprendedores –aunque ese no siempre es el caso: el propio Levine tiene 50 años–. “Ellos tienen mejores posibilidades para ‘disrumpir’ un mercado, porque no tienen nada que perder”. Al final, todo se trata de riesgo.
‘Disrumpe’
Ese término, que ni siquiera tiene una traducción precisa al español –es algo así como interrumpir, pero no es exactamente eso– se ha convertido en una palabreja manida en el mundo del emprendimiento. Todo el mundo habla de ‘disrumpir’, pero pocos tienen tan claro como Levine qué quiere decir eso: “sacar gente del mercado, cambiar su equilibrio”.
Y tiene mucho sentido. Las grandes startups tecnológicas siempre han tenido víctimas, desde los servicios de correos hasta los radioteléfonos de los taxis. Por eso, el consejo de Levine a los emprendedores es que tengan muy claro quién va a salir del mercado –o al menos, a quién se le va a dañar el negocio– si tienen éxito. Quienes saben eso y toman los riesgos correctos, dice, “son los que se van a tomar el mundo”.
Imagen: Foro Tigo-Une