Testimonio: un ‘troll’ de internet puede dañar tu vida profesional

Cuando María Salomé Sánchez Monsalve buscaba su nombre en Google, no aparecía ni su perfil de Facebook, ni su sitio en LinkedIn, ni su Twitter. El primer resultado que aparecía era una acusación de plagio en su tesis de pregrado, publicada en un sitio llamado Plagiosos.org.

El episodio, que comenzó como un incidente pequeño, terminó dominando su vida. “Durante mucho tiempo estuve escondida y negando la cosa, porque no lo podía entender. Estaba asustada, intimidada y como perseguida”, le contó a ENTER.CO.

La persona que estaba detrás de esto comenzó enviando un correo anónimo a la Universidad Javeriana, donde ella estudió Filosofía y Letras. “Como se trataba de una acusación anónima y de oscuras intenciones, yo me opuse a responder a la acusación, porque ello conducía a reconocerla como válida”, explicó a ENTER.CO Diego Pineda, decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad Javeriana.

El ’troll’, entonces, envió el caso a Plagiosos, que decidió publicarlo. El objetivo del denunciante, dice ella, era bloquearla académicamente, señalarla y dañar su buen nombre profesional.

Si se lee con cuidado, Plagiosos no afirma que Maria Salomé haya cometido plagio. Voceros del sitio, contactados por ENTER.CO, aseguraron que “en ningún momento María S. Sánchez M., ni la Pontificia Universidad Javeriana, se han comunicado con el portal”. Tampoco tuvo en cuenta que, luego de un segundo correo, en el que el anónimo aseguraba que llevaría el caso ante las autoridades, la Universidad decidió revisar la tesis y “confirmó que allí no había plagio alguno”, en palabras de Pineda. La supuesta denuncia penal, que hubiera aclarado el episodio, nunca se hizo.

El caso de María Salomé siguió publicado allí, y al poco tiempo el ’trolleo’ escaló: comenzaron a aparecer comentarios en sitios de noticias y blogs, en los que la mencionaban con nombre y apellido y enlazaban al sitio. Incluso, su firma y su número de cédula de ciudadanía aparecen en las imágenes de Google cuando se busca su nombre. Esto probablemente ayudó a que la página de Plagiosos con su nombre subiera más y más en los resultados de Google. En otros buscadores, como Bing, ni siquiera aparece.

El sitio asegura que, si bien utiliza los espacios de comentarios de los medios de comunicación para promocionarse, lo hace exclusivamente con la firma de uno de sus creadores, que no coincide con la que aparece en los comentarios que acusan a María Salomé. “No tenemos conocimiento de otros comentarios, tampoco de otros blogs relacionados con ese estudio de caso ni con otros”, nos dijeron.

María Salomé duró más de un año intentando evitar el tema. La asustaba, además, que quien hacía los comentarios sabía mucho sobre su vida. Sabía que estaba haciendo su maestría en Barcelona (España) y conocía su perfil de Facebook. El miedo la llevó a desaparecer de las redes sociales, a solo mantener contacto con los pocos amigos que le quedaban en Bogotá.

“Te pueden lanzar un ácido, o algo”

Pero el tema la perseguía. Tras el final de su maestría, llegó a Colombia a buscar trabajo como profesora. Cuando aplicó para una plaza en una institución educativa, no la quisieron recibir. “La respuesta que recibí es que, debido a este tema, no te podemos contratar. No porque dudemos de ti, sino porque eres un riesgo para la comunidad académica y para los estudiantes. Porque si quieren atacarte físicamente, si quieren lanzarte un ácido o algo, no podemos poner en riesgo a la comunidad educativa por ti”, asegura que le dijeron.

Ella ignoró que la respuesta quizás encubría otra preocupación; y que quienes están detrás de esto probablemente habían logrado su cometido de desacreditarla. La impactó otra cosa: “hasta ese momento, yo no había pensado que esto pudiera trascender a la parte física”.

La lucha

Desde entonces, dejó de buscar trabajo como profesora. Decidió perder el miedo, reunir fuerza y dignidad y enfrentar la situación como lo que era: como un acoso.

Comenzó pidiéndole a Google que desindexara el sitio en el que aparecía la acusación, pero asegura que nunca recibió respuesta a las solicitudes que hizo a través del formulario estándar del buscador para esa clase de casos. Luego, entabló una queja ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) contra Plagiosos, pues consideraba que el sitio violaba el derecho a la protección de sus datos personales.

En su decisión, la SIC consideró que Plagiosos “no ha dispuesto un canal o medio para que [María Salomé] ejerza sus derechos de acceso, corrección, actualización o supresión de los datos personales divulgados” en el sitio, y ordenó su bloqueo.

Una semana después de la demanda, el texto en Plagiosos sobre María Salomé no estaba disponible en el sitio, pero se podía leer desde el caché de Google y seguía apareciendo arriba cuando se buscaba su nombre allí. Al parecer, el buscador luego lo desindexó y ya no aparece ni en el caché. De todos modos, el primer resultado de búsqueda sigue siendo uno de los comentarios en los que se le acusa de plagio.

“La ley de datos personales se queda corta” 

Lo que sigue para María Salomé es explorar la posibilidad de entablar una demanda penal por injuria y calumnia contra Plagiosos. Ella espera que, “a partir de que se haga público esto, se paren todos los comentarios que han dañado mi imagen, que han sido demasiados”. Además, espera probar que “en Colombia la ley de datos personales se queda corta, pues no existe el derecho al olvido” para casos que comprometen el buen nombre de las personas.

Al final, y aunque no sea lo más importante, también “quisiera saber quién es la persona” que le está haciendo esto. Esa pregunta aún se la hace en silencio, en las noches, cuando ya no tiene que hacerse la fuerte ni evitar que se le quiebre la voz.

Imagen: ENTER.CO, igor kisselev (vía Shutterstock).