¿Quién no ha tenido que botar unos bananos que se maduraron mucho antes de alcanzar a comerlos? O, ¿quién no ha tirado a la basura hojas y hojas de lechuga que se dañaron antes de llegar a ser ensalada?
Si, hay formas estratégicas de almacenar nuestras frutas y verduras para que no se estropeen tan rápido, pero cuando el paso del tiempo viene no hay quien lo detenga. Afortunadamente pronto tendremos una solución para retrasar que los alimentos se llenen de moho tan rápido, incluso a temperatura ambiente. Se trata de una cobertura de seda comestible que protege las frutas y verduras.
Un grupo de científicos en Estados Unidos está desarrollando este producto y publicó hace unos días su reporte en Scientific Reports. Los investigadores aseguran que la fibroína de seda (una proteína similar al colágeno) tiene propiedades únicas que le permiten proteger los capullos de oruga cuando están en metamorfosis. Y esas mismas características servirían para evitar que las frutas y verduras se dañen antes de tiempo, según informó IFLScience.
Una de las propiedades de la seda es que tiene la capacidad de ser hidrofíbico e hidrofílico, es decir, que alterna ser resistente al agua y atraer agua. Esto asegura que se controle la evaporación del agua, y la crisálida tenga una apropiada dosis de gases como el oxígeno y el dióxido de carbono.
Entonces, ¿cómo se aplican estas características a la comida? Los alimentos perecederos se maduran como resultado de la respiración de las células (oxígeno), es por eso que al controlar la evaporación del agua y la difusión de gases se puede evitar que las frutas y verduras se dañen.
Para probar su hipótesis el equipo de científicos creó un ‘dip’ de seda en el que sumergieron fresas y bananos para que quedaran cubiertos del forro especial. Luego dejaron las frutasa temperatura ambiente por durante una semana. Los investigadores encontraron que las frutas mantuvieron su firmeza, color y sustancia, mientras que las que dejaron afuera sin la cobertura se dañaron completamente.
El líder de este estudio, Fiorenzo Omenetto, explicó que la fibroína de seda comestible hizo que las fresas fueran menos permeables al dióxido de carbono y al oxígeno. Esto hace que se retrase significativamente la maduración de las frutas.
Este proyecto es importante porque la cobertura de seda podría servir para que dejemos de desperdiciar tanta comida. Según la Organización de Agricultura de la ONU, casi un tercio de toda la comida producida en el mundo se desecha. Y de esa cifra el 50% corresponde a frutas y verduras que se dañan porque las personas no alcanzan a comérselas antes de que se dañen.
Esto se da por un proceso llamado ‘deterioro prematuro’ en el cual los alimentos comienzan a madurar desde el momento en que salen de los cultivos hasta que llegan a las neveras o despensas de las personas. Además, los alimentos no siempre se pueden mantener refrigerados mientras se transportan de un lado a otro.
Imagen: Scientific Reports y USDA (vía Flickr).