Plantar árboles en las partes más profundas de bosques y selvas es un proceso lento y laborioso que aún depende de humanos con palas y rastrillos. Pero DroneSeed, una compañía estadounidense, quiere modernizar este proceso drásticamente con ‘equipos’ de drones que planten semillas, fumiguen y monitoreen el proceso de crecimiento de los árboles.
Los bosques son indispensables y valiosísimos para mitigar los efectos del cambio climático, porque actúan como piscinas que absorben hasta el 30% de las emisiones anuales de dióxido de carbono. Pero debido a la deforestación en el mundo, para fines industriales, de ganadería o de agricultura, los bosques son cada vez más ralos y escasos para soportar las emisiones.
Es por eso que DroneSeed está trabajando con compañías de silvicultura para reforestar áreas taladas, y con ONGs ambientalistas para combatir la deforestación, según informó NewAtlas. Para el caso de compañías madereras que trabajan con unas 7 millones de acres (2,8 millones de hectáreas) en el estado de Washington, el estado exige que se reforesten 190 árboles por acre, dentro de los 3 años siguientes a la tala. Si esto no se cumple, un bosque tarda de 100 a 300 años para volver naturalmente a su estado anterior.
Sin embargo el proceso de sembrado es sumamente difícil en el terreno del Noroeste Pacífico de Estados Unidos, porque es demasiado escarpado y áspeto para que la maquinaria de sembrado pase. Así que la solución de los drones es perfecta, ya que estos pueden llegar casi a cualquier parte de la región. Pueden mapear en 3D el territorio e identificar micro-sitios aptos para que las semillas tengan la mejor oportunidad de echar raíces y desarrollarse correctamente.
Primero, los drones aplican herbicidas para limpiar la tierra de otras semillas y de maleza, que podrían frustrar el crecimiento de las semillas. Usualmente esta fumigación se hacía con helicópteros o a través de trabajo manual. Los drones de DroneSeed pueden cargar un contenedor de 11 litros y lo esparcen a los lugares que indican las coordenadas GPS.
Después, cargados de semillas, los drones vuelan a sitios especificados y disparan la semilla al suelo a un ratio de 350 pies por segundo (384 kilómetros por hora), usando aire comprimido. Según la compañía, un drone puede plantar hasta 800 semillas por hora, comparado con las 800 semillas que un humano puede plantar en un día.
Además de acelerar el proceso y reducir costos, en este caso no se debería pensar que los robots le están ‘quitando’ el trabajo a los humanos que antes lo llevaban a cabo. Según el medio, la tala de árboles y la silvicultura son trabajos que demandan mucho esfuerzo físico y están entre los más peligrosos en el mundo. De hecho, las compañías han tenido problemas para encontrar y retener trabajadores.
Imagen: captura de pantalla.
Luego vale la pena preguntar: Los herbicidas son aptos para limpiar estos micro sitios sin afectar la vegetación ya existente?. Las semillas son de especies nativas? Que riesgos pueden correr los drones? Se tienen en cuenta las relaciones simbioticas con otras especies vegetativas? Entre otras que tal vez en el vídeo no mencionan. No obstante, toda ayuda que sirva para la reforestación es muy bienvenida. Podría servir en Colombia en la reforestación de varios bosques de páramo amenazados por la minería, la agricultura y la ganadería extensiva, adaptando los drones a las condiciones locales
PD: Hay un error en “los bosques son cada vez más raLos y escasos para soportar las emisiones.”
PD: Lo primero que pensé cuando imagine su uso en Colombia fue: Glifosato, si es que no lo han pensado ya…