Los Wearables se pueden definir como el conjunto de dispositivos o herramientas electrónicas que se incorporan en alguna parte del cuerpo o la ropa con el fin de que interactúen con otras partes del cuerpo u otros dispositivos.
La palabra wearable significa ‘llevable’ o ‘vestible’, y entre ellos encontramos, las prendas con iluminación LED, relojes inteligentes, zapatillas con GPS incorporado, pulseras que controlan nuestro estado de salud, entre otros. En este momento no tienen mucho mercado en el mundo porque siguen siendo costosos, pero a medida que pasa el tiempo se están volviendo más comunes.
Desde el 2013, con la llegada de la tecnología al mundo de la moda, se ha cambiado la forma en que concebimos las prendas y los accesorios. Ya no los vemos solo como un producto de vanguardia, sino como una herramienta que facilita nuestras vidas. Así lo estableció, Diane Von Furstenberg, cuando presentó en la semana de la moda de Nueva York los Google Glass como accesorios para sus diseños, no solo porque eran novedosos, sino porque cumplen otra función que trasciende más allá de la belleza.
Entre otros accesorios que se tomaron las pasarelas encontramos la pulsera llamada MEMI, creada por Leslie Simmons y Margaux Guerard, que se conecta directamente con tu celular y te informa si tienes llamadas perdidas, mensajes o recordatorios. O también, el collar diseñado por Cellini que se conecta por medio del Bluetooth con smartphones o tabletas, cambiando de color según la prenda que tengas.
Sin embargo, la tecnología no se limita hacer presencia únicamente en los accesorios, sino también se encuentra en las prendas de vestir. El diseñador de moda inglés Hussein Chalayan en su colección Readings, usó en todas sus prendas de vestir incrustaciones de cristales Swarovski que reflejaban luz gracias a los láseres que estaban también incorporados en la ropa.
En Medellín se acaba de celebrar Inexmoda, que tuvo como evento principal, el Foro de Tendencias, cuyo tema fue la tecnología al servicio de la moda. Allí se habló de la necesidad de que la industria colombiana incursione en esta temática, en la que el vestuario sea visto como un smartphone con múltiples opciones que busquen facilitar la vida de quien los compra.
El vestuario se adapta a los cambios de clima, las prendas controlan la cantidad de insulina en el cuerpo en una persona diabética, permiten seguir ritmo cardiaco o la cantidad de calorías quemadas, o te pueden enviar una señal al celular cuando tu hijo tiene fiebre. Esto ya no es un sueño, sino una realidad que no solo hace parte del mundo fashion, sino que abre paso lentamente en el mundo cotidiano.
Por otro lado, las boutiques ya no solo se interesan por ofertar las últimas tendencias de la moda, sino que están cambiando la manera en que los consumidores viven la experiencia de comprar una prenda de vestir en una tienda. Por ello, han creado maniquíes didácticos y probadores virtuales que le permiten al cliente mostrarle cómo lucirá el producto en su cuerpo, sin medirse la prenda.
Así, evitan daños en las prendas, reducen costos le ahorran tiempo al comprador, disminuyen las devoluciones del producto y permiten que el consumidor viva una experiencia de compra personalizada. Dentro de las novedades tecnológicas que se destacan en este tema se encuentra aiMirror, que son probadores digitales que por medio de sensores y lectores de siluetas, sobreponen las prendas al comprador para mostrarle cómo se le ve, sin necesidad de que tenga que medírselas.
Imágenes: Negro-White