Un año atrás a las 5:00 p.m. no estaba en mi escritorio trabajando. El 7 de julio de 2016 daba vueltas en un parque cercano a la oficina, buscando atrapar aún más pokémones (si la estabilidad de los servers me lo permitía). Una semana después no sería solo yo, sino que me acompañarían algunos de mis compañeros de trabajo. El siguiente fin de semana programaría una salida con mis amigos en búsqueda de nuevos gimnasios. Y para finales de mes era imposible salir después de almuerzo y no ver a grupos enteros caminando, inmersos en el fenómeno que ya era ‘Pokémon Go’.
Hoy el panorama completamente diferente. Todavía tengo ‘Pokémon Go’ instalado en mi celular, pero no lo abro con tanta regularidad como antes. La gente en la oficina tampoco está dispuesta a ganar gimnasios o buscar pokémones conmigo.
No quiero decir que ‘Pokémon Go’ esté muerto. Sus 65 millones de usuarios demuestran que aún hay personas adictas al juego. De hecho, un amigo mío está muy cerca de completar la Dex. Pero es tiempo de dejar los engaños. La aplicación nunca será tan grande como antes: ‘Pokémon Go’ no fue nada más que un amor de verano.
El último Maestro pokémon
No es que ‘Pokémon Go’ haya dejado de mejorar. De hecho, si algo hay que reconocerle son las múltiples actualizaciones que ha realizado, las cuales han mejorado la experiencia de sus actuales jugadores. También han seguido agregando funciones y elementos al juego. La más reciente incluye raids, que permiten capturar pokémones muy raros a través de combates cooperativos. También añadió pokémones de la segunda generación ampliando aún más el catálogo de criaturas a entrenar. Si mantiene esa chispa es seguro que la aplicación logrará sobrevivir un par de años más, manteniendo encantado a ese grupo de fans actuales. Sin embargo, esos elementos no son suficientes para traer de regreso el boom de ‘Pokémon Go’. Es seguro que no vamos a volver a ver las multitudes rastreando pokémones o los canales nacionales abriendo espacio en su parrilla para hablar de la más reciente actualización. Y entre las muchas razones hay una que garantiza este hecho, y es que el encanto de pokémon estaba en que era una actividad grupal.
El lado social de ‘Pokémon Go’
La razón por la que ‘Pokémon Go’ funcionó tan bien estaba en que se convirtió en una actividad social. La mayoría de las aplicaciones móviles involucran una experiencia de juego individual. ‘Pokémon Go’, por otro lado, permitía que grupos enteros de personas vivieran la misma experiencia de manera simultánea. Lo que es mejor, al tener una faceta en el mundo real esa interacción no se delimitaba a las pantallas sino que podían ser transportada a otras facetas. Recuerdo, por ejemplo, la visita de un amigo del extranjero que también estaba jugando ‘Pokémon Go’. Para nuestra reunión no solo escogimos un restaurante que estuviera cercano a una pokeparada, sino que además durante toda la noche mantuvimos abierta la aplicación mientras capturamos pokemones y hablamos. Esa capacidad de integrarse con las actividades en grupo permitía que ‘Pokémon Go’ fuera el complemento perfecto para un asado, una reunión e incluso el paseo después de almorzar. Se normalizó la app como una parte más de lo cotidiano. Y ese sentido es uno de los elementos que para muchos aportaba a la diversión que ofrecía ‘Pokémon Go’ era la idea de ser una actividad en grupo.
El fin del corto romance
Cuando cada vez menos personas continuaron jugando, ese elemento se perdió. Y en algún momento (más o menos para finales de agosto) era extraño que abrieras la aplicación en una reunión. ‘Pokémon Go’ no tenía ya ese elemento extra que logró atraer a tantas personas al principio. El fenómeno de ‘Pokémon Go’ fue cosa de una sola vez. Es también el motivo por el que falta mucho para que otro juego logre reproducir de igual forma su impacto. Es claro, hay muchos otros factores que impulsaron esa corta moda de julio. Pero en lo personal la razón por la que me cuesta tanto regresar al juego es porque hay algo que no termina de calar mientras recorro las calles. De alguna forma me siento como el último maestro Pokémon. Imagen: Niantic.
Cuando quiera lo invito a que haga incursiones. Los jugadores están reuniendose de nuevo.
creo que a quien escribio el articulo le hace falta conocer el mundo de lls grupos de whatsapp pokemon y diferentes redes que van con el juego
Un amor de verano tal vez, pero yo responsabilizo a niantic del “desencanto” respecto al juego, primero, seamos sinceros, Colombia NO es un país para uno andar por la calle con el celular en la mano, sin importar la marca o modelo. Los que tenían vehículo podían hacer travesías en ellos por las cuales en busca de Pokémon, yo en lo personal salíamos con mi novia en la moto y ella era la que capturaba. El problema surgió cuando niantic aplicó en una actualización un tipo de bloqueo cuando detectaba que el avatar se movía más rápido de lo que normalmente se moveria al andar a pie. El otro problema era que al comienzo era muy frustrante el hecho de que uno recorría calles, cuadras, barrios enteros, solo para hallar pidgeys, rattatas y zubats, esto mato totalmente y en corto tiempo el amor hacia el juego. Sinceramente, en enero de este año, luego que un amigo me comentó de unas aplicaciones que manipulaban el GPS, la instale y solo así, logré ubicarme en sitios específicos del mundo donde solamente salen ciertos Pokémon. Esto, más una página web que muestra en tiempo real la ubicación por cordenadas de los Pokémon, me permitio tenerlos.casi.todos, faltandome únicamente los.legendarios. La iniciativa del juego fue muy buena, pero las mismas limitaciones hizo que se perdiera el.encanto e impulso a la.creacion de métodos para hacerle trampas al juego. Lo abrí la.semana pasada luego de la actualización de los gimnasios, me.parecio extraordinario, pero ya no.fue lo.mismo, igual sigue siendo repetitivo, los jugadores que el.juego perdió, ya los perdió, ahora debe luchar por mantener esos 65 millones que aún tiene.