Muere dueño de la compañía Segway

Los Segway siempre se mantienen de pie y se mueven de acuerdo a la inclinación del usuario. Foto: Segway.
La empresa es famosa en todo el mundo por sus aparatos de transporte personal. El señor Jimi Heselden tenía 62 años y aparentemente murió al caer en un río mientras andaba en uno de los nuevos modelos de la empresa.

Los Segway siempre se mantienen de pie y se mueven de acuerdo a la inclinación del usuario. Foto: Segway.

Segway es una marca de aparatos que se ha hecho famosa alrededor del mundo por su peculiar aspecto y su interesante funcionalidad. Hoy, sin embargo, está en los titulares de varios medios por las peores razones imaginables. El señor Jimi Heselden, propietario de la compañía, falleció el domingo (inglés) al caer en el río Wharfe en North Yorkshire, una localidad de Inglaterra.

Los hechos ocurrieron en la mansión del multimillonario. Todo parece indicar que el hombre de 62 años estaba paseándose por sus tierras en una nueva versión de Segway diseñada para ser usada en terreno rústico, cuando cayó en el río. Un transeúnte vio el cuerpo hacia las 11:40 de la mañana de ayer, pero cuando llegó la policía no tuvo otra opción que declarar muerto al multimillonario.

Heselden comenzó su vida profesional como minero, pero logró su fortuna por medio de una gran innovación bélica. Fue el creador de una tecnología de defensa móvil –una especie de barrera instantánea capaz de resistir desde balazos hasta ataques suicidas y cohetes– que ha sido adoptada por las fuerzas de la OTAN, EE.UU y el Reino Unido.

Heselden adquirió la compañía Segway en enero (inglés) y estaba clasificado como uno de los hombres más ricos de Gran Bretaña con una fortuna de 166 millones de libras esterlinas (aproximadamente 250 millones de dólares o 450 mil millones de pesos).

Es una lástima que el señor Heselden haya pasado a una mejor vida, pero al menos murió en su ley, montando en uno de los aparatos que lo hicieron feliz, aunque fuera por tan poco tiempo.

Luis Iregui V.

Luis Iregui V.

Soy un adicto a la tecnología. Lo acepto y lo celebro. Como buen adicto, tengo toda una historia detrás de mi condición. Comencé con una obsesión por los videojuegos que con los años se transformó en una pasión por todas las cosas relacionadas a la tecnología. Esta manía me ha llevado a mantener mi cuenta bancaria en ceros, siempre a la merced del último gadget, el último juego o el último celular. Intenté satisfacer mi adicción estudiando sistemas en Estados Unidos, pero no quedé convencido y terminé desubicado en Los Andes, graduado como abogado pero frustrado por no tener un futuro tecnológico claro por delante. Para mejorar mi situación, comencé una página dedicada el cubrimiento del mundo de los videojuegos (lapaginadejuegos.com), pero incluso eso no fue suficiente para satisfacer mi apetito digital. Después de muchas vueltas, llego a ENTER.co con el sueño de convertir este sitio en el lugar de referencia para los adictos latinoamericanos como yo, que jamás están satisfechos y viven al borde de sus sillas, pendientes de todo lo que ocurre en el maravilloso mundo de la tecnología.

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