La imagen clásica de los robots es la de una caparazón rígida de metal. Pero esa fórmula no sería práctica en situaciones en las que el hombre y las máquinas necesitan trabajar juntos.
El campo emergente de las ‘soft robotics’, o robóticas blandas, está ayudando a que esa colaboración hombre-robot sea más segura y coordinada. Pero recrear los músculos humanos no ha sido una tarea fácil.
Sin embargo, los ingenieros mecánicos de la Universidad Columbia (Estados Unidos) lograron desarrollar un músculo blando sintético que puede ser mucho fácil de hacer que otros similares. Este músculo es tres veces más fuerte que los nuestros, según informó New Atlas.
La mayoría de circuitos de robótica blanca funcionan con sistemas neumáticos o hidráulicos. Es decir, sus movimientos se controlan al llenar y vaciar cámaras de aire con líquidos o gases. El problema es que estos sistemas por lo general requieren componentes externos aparatosos como compresores, lo que hace que estos sistemas no tengan tamaños prácticos.
El sistema desarrollado por el equipo de Columbia está basado en un músculo natural. Está hecho de una matriz de silicona y caucho con microburbujas de etanol, lo que le da al material baja densidad y alta elasticidad.
Este músculo se puede imprimir en 3D en cualquier forma que se necesite. Luego, se mueve con electricidad gracias a un delgado cable resistente que está incrustado dentro. En general, los ingenieros dicen que se puede hacer fácilmente y con bajos costos.
“Hemos estado haciendo grandes avances hacia construir las mentes de los robots, pero sus cuerpos aún son primitivos… Hemos superado de las barreras finales para hacer robots parecidos a nosotros”, dijo Hod Lipson, investigador líder del proyecto.
Mira en este video cómo funciona el músculo.
¿Por qué es tan fuerte?
En las pruebas realizadas, el músculo artificial fue capaz de expandirse hasta un 900% cuando se calentó a 80°C, a través de corrientes eléctricas pasadas por el cable. Eso le da una densidad de distensión 15 veces mejor que los músculos naturales, lo que le permite levantar 1.000 veces su propio peso.
Según Aslan Miriyev, autor líder del estudio, este material es lo más cercano a un equivalente artificial del músculo natural.
Entre los pasos a seguir de este equipo está reemplazar los cables dentro del músculo por materiales conductores incrustados, y mejorar el tiempo de respuesta y de vida del músculo. En el futuro los investigadores planean experimentar controlar el sistema con la ayuda de inteligencia artificial.
Imagen: Pixabay.