Hace dos años un controversial neurocirujano italiano, llamado Sergio Canavero, anunció que en diciembre de 2017 haría el primer trasplante de cabeza en humanos. Se acerca la fecha en que, supuestamente, este médico cambiaría la historia de la medicina para siempre. Pero Canavero se ha caracterizado, según Gizmodo, por no hacer públicos sus métodos y procedimientos, lo cual despierta muchas dudas.
No es para menos. La posibilidad de un trasplante de cabeza despierta todo tipo de preguntas, tanto físicas y técnicas, como éticas. Pero quizás la duda más obvia es ¿de dónde se va a sacar el cuerpo y la cabeza humana para este procedimiento?
Para la neuroética Karen Rommelfanger, de la Universidad Emory, también es preocupante que tengamos que hacernos esta pregunta. Un procedimiento de este tipo debería ser abierto, al menos con la comunidad científica interesada.
Desde hace años, Canavero ha despertado escepticismo y hasta odio, por sus planes de realizar un trasplante de cabeza en humanos. Inicialmente, su laboratorio estaba en Italia, pero tuvo que suspender sus actividades en ese país. Tenía planeado hacerle el procedimiento a un ruso llamado Valery Spiridonov, que sufre de la enfermedad muscular Werdnig-Hoffman. Así que tuvo que irse a China, donde planea llevar a cabo la cirugía en un ciudadano chino, hasta ahora anónimo. Esto con ayuda de un médico llamado Xiaoping Ren.
Demasiadas preguntas
En 2016, Canavero afirmó que había realizado una cirugía de trasplante en un mono. Pero esto lo hizo sin incorporar la médula espinal y sin publicar un artículo científico sobre el procedimiento. Este mes, el médico aseguró que realizó el procedimiento con éxito en un cadáver, con todo y conexión de médula, nervios y arterias, según informó The Telegraph. Para Canavero, el próximo paso a seguir es realizar el trasplante en una persona viva. La comunidad científica se mantiene escéptica y preocupada por esto.
El hecho de que lo logre o no es un poco secundario, en comparación con las preguntas sobre de dónde vienen los cuerpos. Esta pregunta tiene distintas implicaciones sobre el consentimiento y la muerte, explicó Rommelfanger a Gizmodo.
En Estados Unidos, y en Colombia también, se estipula en la ley que una persona está muerta si su cerebro, de forma irreversible, deja de funcionar. En China el concepto es distinto. Pero en todo caso, para hacer investigaciones experimentales sobre personas vivas, la ética exige un consentimiento informado por parte de los involucrados.
Adicionalmente, no sabemos si lo que va a hacer Canavero va a involucrar cabezas y cuerpos que han dado su consentimiento, o si esos cuerpos y cabezas están considerados como muertos (según los estándares occidentales). La experta se pregunta si los pacientes involucrados tuvieron oportunidad de dar su consentimiento o si solamente se les consideró que no podían decidir. Y lo que es aún más complicado, y quizá surreal, es ¿cómo dar el consentimiento de alguien que está muerto, sí esencialmente el procedimiento lo va a ‘sacar’ de la muerte?
Imágenes: Pixabay.