Seguramente a todos nos ha pasado que de repente nos encontramos jugueteando con el teléfono porque está allí. Otras veces dejamos de hacer cosas por alcanzarlo cuando se escucha una notificación de algún mensaje. Es por esto que el diseñador austriaco, Klemens Schillinger, creó el ‘smartphone sustituto’ como una forma de ayudar a los adictos a los teléfonos inteligentes a lidiar con su ausencia.
En una entrevista, Schillinger le dijo a Dezeen que los teléfonos se están convirtiendo cada vez más en un objeto adictivo en nuestras vidas. “Cada vez más a menudo uno siente la necesidad de revisar su teléfono, incluso si no espera un mensaje específico o una llamada. Estas observaciones inspiraron la idea de hacer una herramienta que ayudaría a detener este comportamiento de control”.
Los atractivos ‘dispositivos’ están hechos de plástico negro de polioximetileno (acetal) que simula el peso de un teléfono. Las cuentas, por su parte, son piedras naturales de Howlith. Esto le permite al usuario replicar acciones familiares, como desplazarse, pellizcar o deslizar. El objetivo es que se pueda usar como un mecanismo de supervivencia para alguien que intenta controlar menos su teléfono. Eso, señala Schillinger, calma a los usuarios y los ayuda a lidiar con los síntomas de abstinencia. “No hay funciones digitales”, agrega el austriaco.
Un smartphone sustituto para una vida análoga
El smartphone sustituto se inspiró en la parte táctil de la adicción al tabaquismo, dijo. Schillinger es también el diseñador detrás de una lámpara que no funciona a menos que alimentes tu teléfono inteligente, por lo que claramente se toma en serio hacer nuestras vidas más análogas.
Por el momento, parece que los teléfonos sustitutos no están a la venta. Sin embargo, en el sitio web del diseñador dice que “llegarán pronto”. Este invento se presentó como parte de una exposición para la Semana del Diseño de Viena llamada #Offline – Design for the good old real world, que tuvo lugar en septiembre.
Imagen: Leonhard Hilzensauer
Caramba!, pero es que el problema es gravísimo, ¿acaso no se dan cuenta?.
Prefieren dar placebos que una solución.
Ah!, si claro… el “sistema”.