*Por: Diana AriasUn equipo de Google quiere crear inteligencia artificial que responda a las expresiones faciales de los humanos como claves para adaptarse socialmente. Todos los días, voluntarios se sientan y observan dibujos creados por una AI (inteligencia artificial, por sus siglas en inglés). Cuando la gente sonríe ante el dibujo, la máquina lo registra como una reacción positiva. Cuando las personas lucen confundidas o hacen gestos de confusión se registra como una respuesta negativa.Además de crear una AI que responda de manera más empática a las reacciones humanas, también se está probando qué tan efectivamente la máquina puede programarse a sí misma sin códigos. La idea es que reúna información y se adapte a partir de esta. Según el sitio web, The Quartz, el experimento puede parecer muy simple, pero en realidad es un paso más para hacer de la inteligencia artificial más segura a largo plazo. Las máquinas se adaptarán a las expresiones faciales y lenguaje corporal y así aprenderán qué hace felices a los humanos.
Otras AI explorando la felicidad humana
Así mismo, la inteligencia artificial podría aprender como instigar miedo o disgusto, lo que ha sido explorado por el MIT. Sin embargo, Google quiere concentrarse en el lado positivo y no es la única empresa con esta misión.Empresas como Affectiva han explorado la inteligencia artificial emocional o la ciencia de entender las expresiones faciales y claves sociales de los humanos para responder a sus necesidades. Por ejemplo, Affectiva trabaja en un carro con piloto automático que pueda entender a su conductor y activarse por si solo. Este no es el primer experimento de Google con AI. En sus página web, donde presenta los experimentos que realiza, se puede ver como Google se ha enfocado en máquinas que aprendan por sí mismas. En el 2017, había presentado una app donde el usuario dibujaba de manera aleatoria y el sistema trataba de adivinar que se estaba dibujando. La aplicación aprendía a medida que se usaba. La AI mostraba entendimiento y empezaba a dar respuestas correctas y con mayor velocidad, con aquellos que dibujaban por más tiempo. “Una Inteligencia artificial motivada hacia la satisfacción y sus expresiones estaría menos inclinada a actuar en contra de los humanos y sus intereses”, escribe uno de los investigadores de Google en su página de experimentos. “Un asistente de hogar no repetiría un error al ver al usuario responder con frustración o mal genio. Estamos programando el algoritmo para no repetir la acción que causa frustración en el usuario”, concluye. Imágenes: Captura de pantalla y pixbay