Somos ciegos miles de veces al día, pero jamás lo notamos

Ciegos

Vivimos en una época eminentemente visual. En la actualidad casi todo requiere de la vista para ser disfrutado: realidad aumentada, realidad virtual, redes sociales y todo lo de tu celular es muy difícil de manejar si estamos ciegos, solo por poner un ejemplo. De hecho, no leerías esto si estuvieras ciego.La vista ha sido muy importante para la historia de la humanidad. Sin ese sentido habría sido imposible que obras de arte e inventos, entre otras cosas, existieran. De hecho, y solo como ejemplo, el nobel de literatura portugués José Saramago escribió Ensayo sobre la ceguera, una novela que gira alrededor de una extraña ceguera que afecta a todo un país, salvo a una persona. Así como todos los habitantes del inexistente país de Saramago, somos ciegos miles de veces al día.  Cada vez que movemos los ojos, de hecho. Cuando vemos objetos en movimiento, los percibimos borrosos. Esto pasaría con todo cada vez que movemos los ojos (algo que ocurre casi todo el tiempo) y, por ende, viviríamos mareados, lo cual sería horrible.

Nuestro cerebro nos engaña, es solo un truco de magia

CiegosUn estudio de un grupo de investigadores de la Universidad de Trento, en Italia, hecho en hombres de entre 22 y 38 años, concluyó que durante los movimientos oculares rápidos, llamados movimientos sacádicos, el cerebro apaga la vista por unos 50 nanosegundos y comienza un proceso de edición visual y temporal.Para explicarlo de manera clara, durante el movimiento sacádico, el cerebro borra toda la información de lo que estamos viendo y la reemplaza por lo siguiente que veremos cuando el proceso termina, de esa manera no nos deja percibir el desenfoque causado por el movimiento.Así, el cerebro nos deja ciegos durante cada movimiento sacádico y nos hace creer que nuestros ojos pasaron de un objeto a otro a una velocidad tan impresionante que no hubo nada en el centro, como una teletransportación ocular. El cerebro es un mago, un artista del engaño.

Imágenes: Skitterphoto y Free-Photos (Vía: Pixabay)

Fernando Mejía

Fernando Mejía

Quise ser músico, cineasta, astronauta, científico y poeta, cuando supe que solo me alcanzaba para la última, me hice periodista en el Externado para al menos escribir de todo eso y no defraudar al niño que fui.

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