¿Saben? Me siento realmente viejo cuando de manera natural me salen frases como “los pelaos de hoy en día no saben lo complicado que era jugar videojuegos antes”. Quizás sea solo mi naturaleza quejumbrosa saliendo a la luz, pero en verdad creo que hoy en día es mucho más fácil ser gamer que cuando tenía tan solo 10 años y debía ‘secuestrar’ la gameboy de mi primo para poder completar mi partida de Pokémon. Así que en la tradición de las fiestas de cumpleaños colombianas, tomaré el papel del tío borracho que levanta la voz y cuenta la historia de los días de antaño que, seguramente esos niños que se la pasan viendo Pewdiepie, jugando en sus celulares o leyendo guías en Internet no conocen. Es que uno no sabe lo que tiene y hay muchas ventajas invisibles de ser gamer en 2018.
¿Me regala una consolita, por favor?
Comencemos por admitir que antes era mucho más difícil conseguir el hardware y software necesarios para poder jugar. Claro, podrías ser uno de esos gomelos privilegiados (nótese el rencor social) que tenían acceso a la Gamecube, Xbox o PlayStation. Pero si hacías parte de mi combo, lo más seguro es que papá noel no leyera tu carta de navidad y jamás llegó la Gameboy que le pediste hasta la saciedad. Admitiré en este punto que es posible que esta falta de hardware algo tenía que ver con el hecho de que era un niño (y no contaba con una tarjeta de crédito para saciar mi vicio). Pero también es necesario admitir que la llegada de hardware al país era bastante limitada, pues en este momento no éramos un mercado presente para los manufacturadores de consolas. Más importante, las pocas que llegaban aterrizaron por medios de contrabando o estaban a precios exorbitantes. Por no hablar de los juegos más oscuros, que en la vida verían la luz en nuestro país. De ahí que muchas librerías de juegos de antaño estén en su parte compuestas por CD piratas, cuyo origen estará en un San Andresito.La otra alternativa estaba en los locales que alquilaban consolas por una hora, para los desafortunados. Recuerdo con nostalgia la cantidad de veces que me regalé para hacer un mandado con la esperanza de que las vueltas fueran una moneda de mil con la que pudiera pagar una hora de ‘Dragon Ball Final Bout’, ‘Crash Bandicoot’ o ‘Halo’. Por supuesto, este tipo de negocios persisten hoy en día, pero los niños no saben lo que es esperar media hora a que el grupito desocupe la única PlayStation libre (¡y luego paguen una hora más!) Ah, y no me hagan hablar de las máquinas arcade en cada esquina con ‘TKF’.
Walktrough ¿qué es eso?
Una de las muestras de madurez como gamer es aceptar que, pese a que me encantan, soy bastante malo y carezco de la habilidad para destacar en la mayoría de ellos. Por eso, crecer jugando los títulos de antaño fue un verdadero reto en más de una ocasión. Recuerdo el dolor de cabeza que fue descubrir la forma para completar todas las gemas en ‘Crash Bandicoot 3’, aprender de manera natural cómo sobrevivir con los hunos en ‘Age of Empires 2’ o descubrir las estrellas en ‘Super Mario 64’. La llegada de Internet a nuestro país fue algo demorada, así que buscar guías o videos de ayuda era algo que no se le pasaba a nadie por la cabeza. La falta de internet también significó que muchas veces realicé compras poco informadas, que resultaron en horas frustrantes con juegos mediocres (gracias a Dios el CD de ‘’The Simpsons Wrestling’ era pirata, porque no sobrevivió mucho). También limitó mucho el contacto que tuve con otros géneros ajenos a mi gusto y en cierta manera la cantidad de juegos que consumí. Por no hablar de la escena competitiva. Hoy cuentas con clases de Youtube sobre campeones de LOL, guerras en ‘Gears of Wars’ o equipos de ‘Pokémon’. Yo, por otro lado, aprendí a punta de las tundas a sobrevivir al amigo troll que siempre me mataba antes de llegar a la Edad de los Castillos en ‘Age of Empires 2’.
Todo pasado fue mejor
Por supuesto, esta larga lista de quejas dejan de lado la idea de que, aunque los gamer de ahora la tengan más ‘fácil’, también se ha perdido un poco la magia de esos primeros días. Aunque pasar esos juegos sin la ayuda de una guía fue desafiante, también me forzó a no tomar la ruta fácil y aprender de la manera más dura el encanto de un juego. La tentación de Internet ha hecho que la verdadera maravilla de esos secretos se pierda o incluso la posibilidad de conocer nuevas personas (esos primeros días de los foros también hacen parte de un pasado lejano). Tampoco tuvimos que lidiar con algunos males modernos como son los DLC, microtransacciones, juegos incompletos y que son parcheados o la influencia del multijugador. Quizás los gamers modernos la tengan más fácil, pero los de antaño la pasaron mejor. Imágenes: montaje ENTER.CO
Qué buen artículo, viejo. Yo empecé con la indestructible Family de 8 bits, el clon de NES que TODOS tuvimos acá. Pero los tiempos siguen impávidos e Internet marcó un antes y un después, y aunque ahora los muchachos se deslumbran con Candy Crush y el “fornait”, tarde o temprano descubrirán esas historias inmortales de Ninja Gaiden, Metal Gear, Castlevania, y demás clásicos inmortales.
la mejor época fue la de 16 bits (snes y sega génesis). fue la época en la que los juegos eran creativos, que no era hacer todo fotorealista sino imaginar cosas y formas de juego, pero que las consolas no eran tan limitadas
editado: aunque la mayor parte de lo que conozco de esos juegos lo conocí mucho después, con internet y emuladores
Haaaaa la legendaria Atari 2600, recuerdo que se la compraron a un amigo e inmediatamente quede WTF!!! Desde ese momento comenzó mi afición por los videojuegos…gracias Atari, Sega, nintendo, Sony, Microsoft ….
Si bien es cierto que ahora tenemos las cosas más fáciles, se han perdido muchas cosas (tengo 16 años pero entiendo algo porque crecí con juegos de SNES nintendo 64 entre otros emuladores de la Xbox clásica) no creo que sea correcto decir que los de antaño disfrutaron más, la magia de ser niño ignora si hay problemas o no, es solo una nueva generación que se quejara cuando sea vieja de las cosas que extraña de la de el, pero seguirá disfrutandolo mucho a pesar de los problemas