Hoy se cumplen 7 años de la muerte de Steve Jobs, uno de los nombres más famosos de la industria tecnológica. Gracias al cofundador de Apple, en la actualidad podemos disfrutar de dispositivos como los teléfonos inteligentes, los reproductores de música digital, los computadores personales…
Pero en lugar de hacer el tradicional conteo de las ‘7 cosas que tenemos hoy gracias a Steve Jobs’, vamos a hacer el de las 7 cosas que muchos jóvenes de hoy no usan o, incluso, no conocen gracias a Steve Jobs… ¿o por culpa de Steve Jobs, podríamos decir en algunos casos?
Lee aquí la revolución tecnológica que causó Steve Jobs en el mundo.
Algunas de ellas no se las inventó ni las desarrolló Jobs, precisamente, pero el impulso que él y sus empresas les dieron a estos dispositivos o tecnologías fueron un golpe decisivo para que aquellos a los que reemplazaron salieran del mercado. Este es el conteo:
1. La máquina de escribir y las clases de mecanografía
Mi profesora de mecanografía del colegio se llamaba Elizabeth de Camargo. Para que aprendiéramos, ella cubría el teclado de la máquina de escribir –hagan de cuenta, un computador sin pantalla, que imprimía directamente los caracteres que el usuario pulsaba a través de teclas mecánicas– con una hoja de papel y nos hacía repetir la secuencia: 5tgb, 4rfv, 3edc, 2wsx, qaz… Supongo que hay que explicar que las máquinas de escribir no tenían el número 1, que se reemplazaba con una letra ele minúscula: l. Luego, con la mano derecha: 6yhn, 7ujm, 8ik, 9ol, 0pñ (en el supuesto caso de que la máquina tuviera ñ). Como los jóvenes de hoy nacieron pegados a un teclado, pueden ‘chuzografiar’ más rápido de lo que una mecanógrafa experta podía escribir usando todos los dedos de las dos manos.
Gracias al desarrollo de los primeros computadores de Apple y de los sistemas operativo que los han acompañado desde su origen –idea de Steve Jobs y sus colaboradores– las máquinas de escribir son hoy reliquias que se miran con nostalgia sobre el escritorio de los abuelos.
2. Los teléfonos con cables, botones, disco y manivela
Cuenta la leyenda que hace muchos, muchos años, para llamar al vecino se usaba un teléfono al que tocaba darle manivela… Iba a decir que la manivela es una palanca como la de las máquinas de moler, pero seguramente tampoco mucha gente las identifica.
El giro de la manivela lograba que la operadora en la central telefónica se despertara y conectara los cables que permitían al llamante comunicarse con el llamado. La evolución llevó a que las operadoras desaparecieran y fueran reemplazados por centrales de llamadas automatizadas. Entonces, el usuario solamente tenía que marcar los números del vecino en un teléfono de disco. Un disco es… Olvídenlo. Entonces, los teléfonos tenían un cable que se conectaba a un enchufe en la pared y otro que servía de enlace entre el dispositivo receptor de la llamada y el componente que servía como auricular y bocina.
Uno de los principales problemas de los teléfonos antes de la llegada de los celulares era que no se sabía quién iba a contestar una llamada, de manera que uno duraba media hora preparando el saludo para el papá de la verdadera destinataria de la llamada, con un cosquilleo temeroso en la barriga.
Hoy, el iPhone es el tercer teléfono más vendido del mundo. Y no solo permite hacer llamadas telefónicas, sino navegar por Internet y tener acceso a una cantidad de aplicaciones de uso personal y profesional inimaginable. De hecho, los celulares se usan más para las otras cosas que para llamar. Y, aunque el iPhone no es el teléfono que más se vende, sí fue el primero que impactó con fuera el mercado de los teléfonos inteligentes… gracias a Steve Jobs y su equipo.
3. Las cámaras con rollo
Las empresas que trabajaron en el desarrollo de fotografía digital antes que Apple se cuentan por montones. Sin embargo, la llegada de la fotografía a los teléfonos celulares es lo que realmente ha impulsado la captura de imágenes digitales entre el público masivo. Antes, se compraba un rollo (una cinta bañada en una emulsión que reaccionaba a la luz… supongo que una referencia a la emulsión de Scott también sonará bastante anacrónica).
Para saber cómo había quedado una foto, había que mandar revelar el rollo y ampliar las imágenes. Y las posibilidades eran que más de una hubiera salido mal. Más problemático aún, los rollos no tenían GB de almacenamiento, sino un número de cuadros limitado. Si la memoria no me falla, el de más capacidad alcanzaba a tomar 32 fotos. Ah, y también hubo una época en la que las fotografías en blanco y negro eran la única alternativa posible, no un lujo estilístico para el que se necesita activar un afecto especial.
Aquí puedes ver 5 videos de Steve Jobs que no te puedes perder.
4. El casete e incluso el CD
Debido a que los acetatos están en un inestable proceso de resurrección, es posible que muchos de los jóvenes actuales estén más familiarizados con ellos que con los casetes. Estos dispositivos eran unas pequeñas cajas plástica rectangulares que llevaban por dentro una cinta en la que se podía almacenar información como música, video u otros datos. Pero digamos que su uso más común fue para la música y para los videos. Por eso, quizás en alguna ocasión has escuchado a tus padres hablar de artefactos como el Betamax y el VHS. Las cajas estaban dotadas de un mecanismo de piñones que permitía mover la cinta, para que se reprodujera la información almacenada en ella. Para esto, se necesitaban unos dispositivos llamados grabadoras o reproductores, que son como los abuelito del iPhone. Para repetir una canción no se podía oprimir un botón que lo hiciera automáticamente, había un botón de retroceso o, si la cuestión era de afán, se usaba un lápiz y la intuición… imagínate cómo.
5. El disquete
Apple fue la primera empresa que borró de sus computadores la unidad de disquete. Si la memoria no me falla, este dispositivo siguió vivo en los computadores que utilizan Windows un par de años más. Entonces, tuve una discusión con mi amigo Mauricio Jaramillo, porque a mi juicio fue una desaparición prematura. A juicio de él, se demoraron más de la cuenta. Por supuesto, él siempre ha sido usuario de Macintosh y, en esa época, yo era usuario de Windows. Por supuesto, el disquete estaba condenado a desaparecer, de la misma forma que lo está Mauricio Jaramillo si la próxima vez que nos veamos vuelve a hacer algún comentario al respecto…
6. La buena letra
Aunque todavía asisto a ruedas de prensa en la que algunos periodistas usan computadores portátiles para tomar notas, los colegas más jóvenes usan sus tabletas o simplemente apuntan en su teléfono celular. O toman fotos de las presentaciones. O graban en el mismo dispositivo. Hace tiempo que no veo a una persona escribir algo diferente a firmar un documento, pero en muchos casos también lo hacen utilizando un dispositivo digital. Y con la costumbre de escribir de nuestro puño y letra, también desapareció la buena letra. Y hasta la letra, porque cada vez más gente recurre a los emojis para expresar sus ideas. Es decir, volvimos a la era de los jeroglíficos.
7. La plantilla con el mapa de Colombia
Y con los mapas del mundo… eso de copiar y pegar reemplazó cualquier ayuda para hacer gráficos más decentes. Y aunque es un uso de la tecnología que, no se puede negar, también ha promovido el plagio, eso de dibujar o incluso calcar son cosas del pasado. Incluso, estoy dispuesto a premiar a la primera persona menor de 20 años que, sin usar Internet o recurrir a un diccionario impreso (diccionario es un libro que recoge el significado de las palabras, por si acaso), me diga qué significa calcar.
Encuentra en este enlace nuestra evaluación sobre la última película de Steve Jobs.
Imágenes: Pixabay
