El imaginario popular, quizá, es que solo quemas calorías si haces ejercicio o una actividad física fuerte. O sea, mucha gente cree que si no caminas, corres, montas bicicleta o bailas, simplemente estás engordando. Pero no, el cuerpo quema calorías naturalmente, porque está realizando procesos todo el tiempo y eso supone gastos energéticos. De hecho, escribir, hablar o pensar suponen gastos de energía.
Además, el cuerpo tiene un reloj interno que, entre otras cosas, trabaja para establecer los momentos del día en los que una persona quema una mayores cantidades de energía. Una investigación de la Universidad de Harvard, cuyos resultados fueron publicados en Current Biology, establece en qué horas del día un cuerpo en descanso realiza el mayor porcentajes de gastos calóricos.
La investigación buscaba establecer cómo el reloj biológico afecta el metabolismo, separándolo de las actividades diarias de las personas y sus horarios de sueño y alimentación. Para ello, pusieron a tres personas durante tres semanas en una habitación sin ventanas ni otro elemento que les indicara en qué hora del día estaban.
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Durante esas tres semanas, las siete personas se acostaban a dormir cuatro horas más tarde que el día anterior, causando un cambio horario en sus relojes internos, como si estuvieran viajando a diferentes países alrededor del mundo, dándole una vuelta al planeta cada semana. Así, los investigadores pudieron estudiar los cambios en los ritmos naturales del cuerpo, sin influencias externas y descubrieron que, cada cuerpo, al no poder seguir un ritmo, establecía uno propio.
El tiempo también es importante para una buena dieta
Entonces, los investigadores lograron ver que el cuerpo realiza un menor gasto de energía cuando la temperatura corporal baja, lo que biológicamente sucede en las noches. La temperatura aumenta unas 12 horas después, en la tarde biológica, y es entonces cuando el cuerpo quema más calorías.
Según la investigación, mientras un cuerpo está en descanso, quema 10% más calorías hacia el final de la tarde y en las primeras horas de la noche. Por otro lado, el estudio establece que en las primeras horas de la mañana, el cuerpo quema una mayor cantidad de carbohidratos y en la noche hay mayores posibilidades de que se quemen grasas. Los resultados indican que las siete personas que fueron objeto del estudio quemaron alrededor de 130 calorías más en la tarde y la noche biológicas, en comparación con la mañana.
Los investigadores se dieron cuenta de que las horas en las que se come y se duerme afectan también a la cantidad de calorías que se queman durante el día o los que se almacenan para convertirlos en grasa. En otras palabras, tener horarios inconsistentes para comer y dormir hacen que haya mayores posibilidades de subir de peso. Tener un hábitos regulares para comer y dormir es algo importante para la salud.
Imágenes: Siphotography y Smolaw11 (vía: iStock)