Un dominio en internet es la dirección que se le da al navegador para poder acceder a una página en el ciberespacio. Estos se deben registrar y hay que pagar los derechos del registro periódicamente para que los navegantes puedan acceder a las páginas, como www.enter.co, por dar en ejemplo.
Los dominios que terminan en .co son muy populares y, aunque deberían significar que la página que se visita es de alguien en Colombia o de algo relacionado con este país, también hay muchas empresas y personas extranjeras que lo usan porque el .co puede significar compañía. Los dominios, no importa en qué terminen, se pueden usar desde cualquier parte del mundo.
El .co es patrimonio del país, y esto debido a una columna que escribí sobre el tema, en la que cuestioné por qué la empresa privada que lo manejaba lo iba a vender y si este dominio no era un bien público. Entonces, la ministra de Comunicaciones de esa época elevó la consulta al Consejo de Estado de si era propiedad del país, le contestaron que sí, y el manejo pasó a ser de la nación.
El dominio .co está en buenas manos
Ahora, por una licitación que se realizó hace casi 10 años, lo viene manejando una empresa llamada .Co y gracias a su gestión, este dominio ha crecido exponencialmente. Existen 2,2 millones de dominios .co en 190 países, es el número 20 más popular entre 1.500 opciones, desde el 2010 ha crecido 10 veces su penetración, es el segundo dominio más usado en Latinoamérica y existen aproximadamente 300.000 solo en Colombia.
Estas cifras son excelentes y ratifican el buen manejo de la concesión que la empresa .Co ha hecho para la expansión de este dominio, lo que le representó y representará buenos ingresos al Estado. Estas son variables que se deben tener en cuenta cuando llegue la hora de volver a subastar la administración de este dominio. En este caso, creo que se debe seguir por el buen camino en que se viene andando, que es lo mejor.
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La vergüenza de lo sucedido con el fútbol femenino es algo que nunca se pensó podía pasar. Ninguno de los dirigentes ha levantado la voz lo suficientemente alta como para que se vea que está indignado con lo ocurrido. Cheques entregados para ser llamadas, cero pago de gastos, acosos sexuales, pago de solo parte de los premios ofrecidos son pruebas contundentes. Ojalá no se diga que esto es un montaje, como se está diciendo con lo de Santrich, que obviamente no fue, pero es el único argumento que les queda a los de la izquierda.
Publicada con autorización de El Tiempo.
Imágenes: Blankstock y Alexandr Dubovitskly (iStock).