A todos nos ha pasado. Nos acostamos tarde por algún motivo, justificado o no, y nos tenemos que levantar muy temprano al otro día. Entonces, cuando suena el despertador, tenemos tanto sueño que la opción que nos da el celular de dormir cinco o 10 minutos más suena muy tentadora. Como el diablo es puerco, oprimimos el seductor botoncito y volvemos a poner la cabeza en la almohada.
Ese pequeño momento de sueño es un goce absoluto. Sin embargo, según expertos, puede causar mucho daño. La página Sleep Clinic Service dice que es mejor poner la alarma un poco más tarde y dormir esos cinco o 10 minutos más sin haberse despertado, de corrido. ¡Qué aguafiestas!
Llegué tarde porque mi ciclo de sueño no se había cumplido, jefe
Si piensas que se trata solo de un daño laboral o social por llegar tarde a lo que sea que te haya obligado a madrugar (generalmente es trabajo o estudio), te equivocas. El daño es más grave: a tu salud. Para explicarlo de una forma fácil, el cuerpo tiene ciclos de sueño, con etapas de sueño pesado, conocidas como MOR (Movimiento Ocular Rápido) y de sueño liviano, o NMOR (no MOR o sin Movimiento Ocular Rápido). Cuando comienzan esos ciclos, el cuerpo secreta hormonas para inducir el sueño profundo.
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Entonces, según Sleep Clinic Service, en un mundo ideal deberías dormir hasta que tu cuerpo se despierte solo y eso sería muy bueno para tu salud. Sin embargo, cuando suena la alarma, los ciclos de sueño se interrumpen, sin importar si están en una etapa MOR o NMOR.
Ya el hecho de poner un despertador te hace daño, pero es peor si, además, le das al botón de posponer la alarma y te duermes otros cinco minutos porque solo reinicias el ciclo de sueño para volverlo a interrumpir muy pronto. Entonces, terminas sintiendo que dormiste mal, cuando en realidad dormiste como un oso hibernando o, al menos, mejor de lo que sientes.
¿Me despierto o sigo dormido? ¡No entiendo!
Además, al posponer el despertador, confundes a tu cuerpo y a tu cerebro. Primero se despierta bruscamente, luego le dices que es una falsa alarma, que es hora de dormir, pero, entonces, vuelves a despertarlo de forma abrupta. Ahora imagínate si te despiertas y pospones la alarma no solo una sino varias veces. Básicamente haces que tu cuerpo y tu cerebro entren en estados contradictorios de formas muy rápidas y sorpresivas. Eso supone un gasto de energía que te dejará más cansado de lo que estarías si te hubieras levantado la primera vez que sonó la alarma.
Esa sensación de cansancio que causa despertarse, posponer la alarma y volver a dormir unos pocos minutos ha sido ampliamente explorada en otras investigaciones, como la que hacen expertos del Departamento de Medicina de la Escuela Médica de Harvard. Sin embargo, hay otros daños a la salud. Postergar la alarma, sobre todo si se hace más de una vez, hace que entremos en una inercia prolongada del sueño.
La inercia prolongada del sueño, explica ese sitio, es la sensación de cansancio y mareo que se siente cuando uno se despierta en la mañana y que generalmente dura solo de 15 a 30 minutos. La investigación de la Escuela Médica de Harvard dice que despertarse durante el sueño profundo hace que esa inercia dure de 2 a 4 horas. Traducción: te sentirás mareado y con sueño toda la mañana.
Dormir mucho también es malo… incluso es peor
Por otro lado, si no debes llegar a algún lado, puede que dejes la alarma, te despiertes y vuelvas a dormir, haciendo que la confusión en tu cerebro y tu cuerpo te lleve a que esas horas de sueño se prolonguen más de la cuenta. Eso también es malo, sobre todo si supera las 9 horas.
Hay varias investigaciones al respecto. Una de un equipo de investigadores chinos, publicada en la revista de la Sociedad de Investigación del Sueño, de la Universidad de Oxford, dice que dormir mucho puede hacer que las personas, especialmente las de mayor edad, aumentan la pérdida de memoria. Otra investigación, publicada en el Periódico europeo de neurología, dice que las horas prolongadas de sueño incrementan el riesgo de sufrir de demencia.
Incluso pueden hacer que aumentes de peso, especialmente en adultos, como dice otro estudio, cuyos resultados también se publicaron en la revista de la Sociedad de Investigación del Sueño. Por eso es que las horas prolongadas de sueño están en la lista de las causas de obesidad. Incluso, tanto dormir mucho como dormir muy poco pueden causar diabetes, como indica esta investigación, publicada en el diario de la Sociedad de Diabetes Americana.
En definitiva, es mejor que programes bien tus horarios para que duermas lo suficiente e incluso te despiertes antes que te lo indique la alarma. O sea, trata de que tus ciclos de sueño sean naturales. Así evitarás todos los problemas de salud asociados a unas buenas prácticas para dormir.
Imágenes: Yanyong (vía: iStock).