Lo sabemos, es muy difícil separar la cerveza de la piscina o la playa cuando pensamos en paseo. Sin embargo, no siempre es una buena idea beber en estas salidas. No solo porque podemos acabar arruinándolo todo o haciendo un oso que nos vuelva famosos en redes sociales, sino porque puede terminar transformándose en una quemadura de piel por el sol que incluso, en el más catastrófico de los casos, podría desencadenar un melanoma u otro tipo de cáncer de piel.
No, no estamos exagerando ni es algo que nos estemos inventando. Lo dice un estudio científico, cuyos resultados se pueden leer en un artículo publicado en la revista Skin Pharmacology and Physiology. Lo primero que podría pensarse es que en ese estudio estarían explicando algo obvio, como que una persona ebria puede olvidar ponerse protector solar y quedarse dormido bajo el sol, lo que le generaría quemaduras en la piel. Pero, aunque eso es algo real, las razones que expone el estudio son más profundas.
Los investigadores hicieron un estudio con hombres sanos en Alemania y midieron cuánta luz ultravioleta (UV) necesitaban algunos de esos hombres para quemar su piel después de consumir tres bebidas alcohólicas y descubrieron que la cantidad de rayos UV necesarios para quemar la piel era significativamente menor cuando una persona había consumido alcohol que cuando no lo había hecho.
Eso es falta de vitaminas
Aunque las razones por las que pasa eso no son claras todavía, los investigadores creen que se trata de la concentración de carotenoides, los pigmentos amarillos, naranjas y rojos que producen las plantas, que, al consumir frutas y verduras, tienen un efecto antioxidante en el cuerpo humano que sirve como protección contra el daño de la luz ultravioleta. Después de hacer una medición en los sujetos del estudio, descubrieron que los niveles de carotenoides son más bajos en los hombres después de consumir alcohol.
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Además, estudios previos, realizados en Francia, en 2005, y en Japón, en 2009, demostraron que las personas que consumen alcohol tienen concentraciones más bajas de betacaroteno, el pigmento carotenoide más abundante en la dieta humana, de color rojo, que se encuentra en plantas y frutas. El betacaroteno se convierte en vitamina A cuando la asimila el cuerpo y tiene propiedades antioxidantes.
Esto también se puede traducir en que el consumo de alcohol aumenta el riesgo de padecer melanomas u otros tipos de cáncer en la piel, al causar una cadena de reacciones en el cuerpo de las personas, como indica otro estudio, que fue publicado en la British Journal of Dermatology. Sin embargo, hacen falta más estudios para establecer la conexión real entre el consumo de alcohol, la aceleración de las quemaduras solares y los riesgos de padecer cáncer. De momento, cuando vayas de paseo, junto con tus botellas de licor, cómprate un frasco grande de protector solar con el FPS (Factor de Protección Solar) más alto que encuentres.
Imágenes: ajr_images y montaje ENTER.CO con imagen de Dsejdi (vía: iStock).