Las plataformas digitales hacen parte de la rutina diaria de los colombianos. Como resultado, estamos a un clic de distancia de servicios de movilidad, mensajería, domicilios, servicios financieros y otros tantos que son utilizados de manera permanente. Sin embargo, muchas de estas se encuentran en un limbo regulatorio que impide potenciar sus bondades y beneficios.
Por esto, es necesario acelerar el paso y buscar soluciones efectivas para seguir el ritmo de los avances e innovaciones tecnológicas, que en muchas ocasiones permitieron la democratización de servicios. En la actualidad, más y más personas tienen la oportunidad de acceder desde su celular a alternativas de movilidad hasta productos financieros y otros tantos servicios. El gran desafío está en plantear una agenda que esté acorde con la realidad a la que nos enfrenta la economía digital.
En América Latina existen ya regulaciones para aplicaciones de movilidad como Beat y, actualmente, se evidencia una curva regulatoria donde países como Colombia ya se inició la conversación en esta materia. Y, aunque el camino ha tenido sus dificultades, lo cierto es que la regulación ha beneficiado a las diferentes comunidades y a las economías nacionales.
Ciudad de México, por ejemplo, fue una de las primeras ciudades en crear un acuerdo para la operación de los servicios, que incluye un pago del 1.5% al gobierno por cada viaje realizado por la aplicación, lo que permite crear un fondo para invertir estos tributos en desarrollo urbano. Adicionalmente, hay mercados regulados como Brasil o Bolivia que establecen reglas de juego claras para todos los actores.
También te puede interesar: 3 ejemplos de regulación de plataformas digitales de transporte privado.
En Colombia a pesar de que los servicios son altamente aceptados por los usuarios, la conversación regulatoria ha tardado en llegar; sin embargo, hoy se presenta con un panorama prometedor. En este año se radicaron 6 Proyectos de Ley en el Congreso que presentan iniciativas para dar crear un marco regulatorio en el que se incluyan las aplicaciones, a pesar de que existen diversas propuestas, todos estos proyectos coinciden en una cosa: la necesidad de la regulación y la importancia que esta beneficie a los ciudadanos. La tecnología es una herramienta aliada para mejorar la vida de las personas y, sin duda alguna, va a velocidades inimaginables si se compara con los procesos regulatorios. Ahora, tanto Colombia como sus países vecinos, se encuentran en un momento de transformación digital; cada vez son más los que se suman a estos debates políticos acerca de la forma ideal para regular las nuevas tecnologías y adaptarse a la evolución que se vive ahora.
También te puede interesar: Así se quiere regular los servicios como Uber en Colombia.
Mientras se define el nuevo rumbo en el país, lo cierto es que las cifras respaldan el impacto de estas aplicaciones. Según un estudio de Fedesarrollo,las plataformas aportan al PIB colombiano un 0.2%, y, para finales de 2019, brindaron oportunidades a más de 366 mil personas ocupadas en los subsectores de transporte y mensajería en las 13 principales áreas metropolitanas del país. Todo esto, sin contar los efectos en dimensiones como medio ambiente y seguridad, en los cuales también se han evidenciado consecuencias positivas. Entonces, ¿Cuál es el futuro de la regulación de las aplicaciones digitales en el país? Como lo mencioné anteriormente, la tecnología va mucho más rápido y, por tanto, el primer paso es lograr una regulación que parta de la realidad del mercado y que priorice el beneficio del usuario, su posibilidad de elegir y que permita nuevas opciones de ingresos. Hoy, más que nunca, es momento de aprovechar los beneficios de la tecnología para potencializar la reactivación económica y subsanar los estragos económicos que atraviesan los colombianos a causa del COVID-19. Estamos en un momento histórico y crucial, crear una regulación inclusiva que permita tener estabilidad y tranquilidad a los ciudadanos que usan estas plataformas es el reto al que nos enfrentamos. Imagen: Beat.