El mismo fin de semana que Disney+ lanzó ‘WandaVision’, Netflix lanzó una maratón de la temporada tres de ‘Des-encanto’. No es que se traten de dos productos que haya necesidad de comparar. Pero no deja ser gracioso que el mismo fin de semana que una plataforma lance su producto más interesante en décadas… la otra nos presente una serie que se siente, perdón el chiste malo, sin encanto.
La temporada tres de ‘Des-Encanto’ comienza con Bean cayendo a una gruta desconocida, después de un fallido intento de quemarla en la hoguera. Por otro lado, los miembros de Dreamland siguen un complot para tomar control de la corono, en esta tierra llena de traiciones, segundas intenciones, drogas y princesas con problemas de alcohol.
Tomó tres temporadas para que ‘Des-Encanto’ perdiera su magia. No solo porque a estas alturas su humor parece depender de las mismas bromas de siempre, sino también porque su historia está más concentrada en seguir creando misterios e hilos por resolver que en entregar algún elemento de valor que la haga memorable. El resultado es una tanda de capítulos que explorar más su mundo y sigue elaborando sus misterios… pero que por desgracia nos deja con muy pocas razones para esperar una cuarta temporada.
Humor sin filo
Inicialmente la premisa de ‘Des-encanto’ tenía algo de gracia. Un mundo de fantasía en el que los elfos tenían ciertos fetiches cuestionables, con príncipes convertidos en cerdos que nadie quería besar y princesas que disfrutaban de viajes psicotrópicos. Una idea que cementó su humor y dejó claro que a diferencia de los Simpson, la nueva historia de Matt Groening quería apelar a unas risas más ‘adultas’ que buscarán la gracia en estos temas.
Por desgracia, en su temporada más reciente nos dejamos de reír. La temporada más reciente carece de esa chispa o gracia necesaria para poder impulsar sus capítulos. Seguimos en las mismas bromas sobre viajes de drogas (dos en esta temporada, para que no olvidemos que hay que reírnos de esto), chistes con doble sentido y uno que otro comentarios sobre porqué Elfo es la bolsa de golpes.
A ‘Des-encanto’ se le olvida que una comedia adulta no solo es hacer chistes sobre estos temas. Que las mejores bromas de los Simpson o Futurama no radican en hacer chiste sobre esto, sino en hacer comentarios con el tiempo, tono y momento correcto. Hay un personaje en ‘Dreamland’, el bufón de la corte, que todo el tiempo termina siendo tirado de la trampilla al vacío por su falta de sentido del humor. El chiste (como la mayoría en ‘des-encanto’) está algo viejo. Pero igual nos arriesgamos a tirar también a la serie al vacío.
Explorando el mundo de ‘des-encanto’
Para ser justo, Groening parece estar más concentrado en contar su historia que en hacernos reír. La temporada más reciente de la serie animada explora nuevos mundos, más personajes y algunos de los misterios que ha venido prometiendo desde que se estrenó. Se trata de un viaje que en algunos momentos compensa este ritmo tedioso que algunos de sus capítulos suelen tomar y que nos responde algunas preguntas.
También es importante mencionar que hay un capítulo, en particular, que resulta ser el mérito salvador de esta tanda de episodios. Uno que explora la idea de enamorarse, así como la personalidad de Bean. Es quizás una de las pocas instancias en la temporada más reciente en la que vemos un dejo de lo mejor de Groening, que es su capacidad de explorar y expandir a sus personajes a través de pequeñas historias que parecen secundarias.
Pero son momentos escasos. Muy escasos. No ayuda también el que en cierto punto se sienta desgaste cuando la historia sigue excavando misterio, tras misterio, tras misterio, sin realmente llegar a algún lado. Si al menos la temporada más reciente buscara nuevos trucos para seguir enredando la madeja de misterios que presenta… pero para dar un ejemplo la serie vuelve a terminar con Bean en una mazmorra con su madre con poca luz, separada de sus amigos con uno de ellos posiblemente muerto…
Personajes sin encanto
Quizás la mayor falla que tiene ‘Des-encanto’ con tres temporadas es que sigue fallando en vendernos a sus personajes. Una de las mejores (y al parecer, ya perdidas) cualidades de las primeras historias de Groening era que eran capaces de vender a sus personajes como algo más que la colección defectos molestos para hacer chistes. En el caso de ‘Futurama’, los mejores capítulos son aquellos en los que utiliza a Fry para traer el mensaje de que quizás las personas que no creemos que nos extrañen, son aquellas que más lo harán cuando nos vayamos. Esto ayuda a que además de su humor nos comprometamos con la serie, pues sus personajes tienen un encanto arrasador.
‘Des-Encanto’, por desgracia, se queda en el misterio pero nunca consigue entregar estos momentos. Es desgastante estar todo el tiempo rodeado de un elenco de personajes cuyo único elemento en común es que carece de cualquier razón para que nos simpaticen. Su historia entrega 1 solo momento en el que podemos sentirnos cercanos a su protagonista… y en el capítulo siguiente se encarga de desmontarlo con el tacto de un cerdo poseído por un príncipe cerdo.
En conclusión, esta historia le hace honor a su nombre… porque ya no tiene encanto.
Conclusión: des-encantados 2.5/5
La temporada más reciente de ‘Des-encanto’ es un cuento de hadas de esos para dormir. No por las buenas razones. Nos preguntamos porque matar ‘Bojack Horseman’ y preferir dejar esta serie… pero suponemos que Netflix tiene una mejor idea de sus errores que nosotros. Lo único que podemos decir con certeza es que el tiempo que vas a invertir en la temporada más reciente tiene mejor uso en ver algo como ‘Futurama’.
Imágenes: Netflix