Durante la pasada edición de CES 2021, en su presentación General Motors (mejor conocido como GM por sus siglas en inglés) afirmó que una de sus metas en los años próximos era apostar por fuentes de energía alternativas. En la avalancha de noticias que suelen llegar de estos eventos, muchos pasaron por alto el anuncio de la compañía de invertir 600 millones de dólares para la producción de vehículos eléctricos comerciales. Como el anuncio no pareció ser lo suficientemente claro, la compañía reveló un plan con el que se espera que para 2035 solo produzca vehículos eléctricos.
No es un anuncio menor. GM es el fabricante de carros más grande en los Estados Unidos. El anuncio en CES 2021 sobre su intención de ingresar más en el segmento de vehículos eléctricos fue tomado más como una decisión de diversificar su mercado. Como muchos titulares anunciaron, parecía más un desafío a Tesla que una transición en el que ha sido la manera de trabajar de la compañía. La meta actual de GM es convertirse en una empresa con una huella de carbono (que se entiende como la totalidad de gases invernadero emitidos de manera directa o indirecta, en este caso por un fabricante) para 2040.
Su mapa anticipa que todos los vehículos que venderá en 2030 en los Estados Unidos serán eléctricos, con la esperanza de que para este momento la mayoría de Cadillacs en el mercado sean EV (electric vehicles).
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“La compañía también continuará aumentando la eficiencia de combustible de sus vehículos tradicionales de combustión interna de acuerdo con las regulaciones regionales de economía de combustible y gases de efecto invernadero. Algunas de estas iniciativas incluyen tecnologías de mejora del ahorro de combustible… mejoras en la eficiencia aerodinámica, motores reforzados de tamaño reducido, transmisiones más eficientes y otras mejoras del vehículo, incluida la reducción de masa y neumáticos con menor resistencia a la rodadura”, afirmó GM en el comunicado a través del cual realizó el anuncio.
Para muchos, el cambio en la agenda de GM no es tan altruista como parece. A la compañía se le ha criticado el ajustar sus planes de acuerdo con el ambiente político del país. Por ejemplo, antes de la victoria de Joe Biden, el fabricante era una de las compañías que apoyaba la eliminación de sus reglas para la emisión de gases invernadero. Así, la determinación más reciente para muchos es más una muestra de alinearse con las políticas ambientales en los próximos 4 u 8 años, más que una propuesta ‘verde’ por parte del fabricante de vehículo.
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