Los cambios en torno al distanciamiento social hicieron de la economía digital la vía ideal para avanzar hacia el desarrollo y la competitividad. Ahora es más que evidente cómo se da una apertura gradual hacia las nuevas formas de negocio, los nuevos productos y servicios y así mismo, hacia las nuevas formas de adquirir los mismos.
El panorama colombiano parece motivador pues, aunque las dinámicas de la economía digital lo califican como un país que debe mejorar en infraestructura, los jóvenes muestran entusiasmo por un futuro digital con un mayor uso de pagos móviles. En complemento, el último estudio en Mastercard demostró que el 54 % de los colombianos desea comprar más en línea, mientras que el 41 % redujo el uso del efectivo durante la pandemia. Queda claro entonces que el ecosistema de pagos debe ajustarse a los nuevos hábitos que surgen en el mercado y que estos serán clave los próximos años.
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Además, la confianza digital en Colombia gana cada vez más impulso y se destaca por su compromiso hacia las nuevas tecnologías. Precisamente, el 22 % de los colombianos dijo que nunca había usado pagos sin contacto, pero lo están considerando; así mismo, el 19 % aseguró que empezó a usar pagos sin contacto desde el inicio de la pandemia, lo que indica que algunas dinámicas serán desplazadas por otras que aporten mayor seguridad y agilidad para el consumidor.
De acuerdo con el índice de Inteligencia Digital presentado por Fletcher, la Escuela de Postgrado de Asuntos Globales de la Universidad Tufts en alianza con Mastercard, el país muestra sus progresos en torno a dos conceptos clave: por un lado, la evolución digital que expone la transición de una economía presencial a una economía digital y, por otro, la confianza digital que permite ir de un punto al otro de manera incluyente.
El 2020 es una prueba de cómo se comporta el progreso digital frente a la recuperación económica, en Latinoamérica, más de 10 millones de personas compraron un servicio o producto online por primera vez. Esto aumentó la cifra de compradores digitales a más de 191 millones de personas, que representan el 38,4 % de la población en la región. El cambio parece gradual pero seguro y los actores involucrados en el ecosistema financiero deben estar preparados para esto.
Los nuevos hábitos impulsan los cambios de manera oportuna con los que toda la cadena involucrada en el e-commerce encuentra oportunidades de acción. De allí la importancia de apoyar la adopción, inclusión y el acceso al ecosistema financiero como factores clave para fomentar la competitividad y el desarrollo de Colombia.
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