De acuerdo con Igor Faletski, vicepresidente de productos de Salesforce Commerce Cloud y ex cofundador de Mobify, el futuro del comercio digital es que las plataformas deben ser cada vez más componibles y conectadas. Esto implica crear organizaciones hechas de bloques intercambiables e interconectados, que permitan adaptarse fácilmente a las nuevas necesidades.
Los últimos 18 meses han sido fundamentales para el comercio digital. Muchas personas hicieron su primera compra online y empresas de diversos sectores vendieron por primera vez de forma digital. La “nueva normalidad”, enmarcada en un rápido crecimiento del comercio electrónico y la fusión entre las experiencias online y offline, ha potenciado las experiencias, plataformas y soluciones digitales que mejor se adaptan a ella.
Por lo tanto, los emprendimientos o empresas que desean adaptarse y triunfar en esta nueva realidad deben empezar por estar abiertas al cambio y constituirse como plataformas componibles y conectadas. Esto significa operar bajo los siguientes cuatro principios:
- Ganar velocidad a través del descubrimiento.
- Obtener agilidad a través de la modularidad.
- Facilitar el liderazgo a través de la orquestación.
- Lograr resiliencia a través de la autonomía.
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Según Gartner, los tres bloques que permiten la creación de un negocio componible son:
Pensamiento componible. Al combinar la autonomía, orquestación, modularidad y el descubrimiento, el pensamiento componible logra identificar qué componer y cuándo. De esta forma se evita perder la creatividad.
Arquitectura empresarial componible. Garantiza que la organización sea lo suficientemente flexible y resistente. Se trata de articular la estructura para que se adapte al propósito en todo momento.
Tecnologías componibles. Son las herramientas de hoy y mañana. Son las piezas y las partes que conectan todo.
Por consiguiente, las marcas pueden usar el enfoque componible para optimizar cualquier proceso y adaptarse a cualquier situación. Ya sea que se trate de mejorar la velocidad de un sitio web, el rendimiento de una aplicación, la experiencia de cierto tipo de usuario o la inclusión de un nuevo canal o servicio digital, las oportunidades son ilimitadas si las organizaciones pueden seguir articulando y conectado sus partes.
Y es ahí donde el segundo elemento cobra importancia. Si bien los bloques componibles son la base, es la conectividad la que los hace operables. Se requieren entonces varias capas de conexión: un enfoque basado en API para la conectividad de aplicaciones y datos que sea escalable en una organización compleja; una plataforma de desarrollador integral que cubre el front-end, el back-end y el middleware (con total flexibilidad para utilizar servicios de terceros cuando sea necesario); una plataforma de datos de clientes integrada que puede conectar incluso los viajes de compras más complicados; y un ecosistema de socios robusto para permitir una evolución continua, según el portal ZDNet.
Producir una experiencia de comercio digital, de clase mundial, puede ser abrumador para un pequeño emprendimiento o startup. Sin embargo, usando los principios de un negocio componible y conectado, es más factible alcanzarlo. Y aunque hay muchos aspectos que aún desconocemos sobre el futuro del comercio digital, parece ser claro que la estructura del mismo se seguirá construyendo de forma componible y conectada.
Imagen: Pete Linforth en Pixabay.