Si bien los tiempos han cambiado mucho y la tecnología se ha asegurado de que las necesidades de las empresas sean completamente diferentes al momento de escoger un candidato, hay algo que no cambia, la necesidad de que este quiera aprender y crecer constantemente como profesional.
Esta cualidad es una de las más importantes porque, por un lado, le promete a la empresa que su talento siempre estará actualizado, lo que le permitirá una mirada resiliente ante los problemas que surgen en la cotidianidad de la empresa; por otro, un profesional que se actualiza y estudia crece individualmente y cuando comparte con la empresa sus conocimientos o con sus colaboradores está ayudándolos a crecer también.
En la actualidad, las universidades tienen diferentes ofertas, son diversas y pueden ajustarse a las necesidades de crecimiento laboral y existen todo tipo de maestrías online para completar el perfil profesional. En su gran mayoría, estas instituciones educativas han adaptado y creado programas que responden a las necesidades laborales.
Por eso, encontramos carreras en las que se aprende a hacer análisis de datos sin necesidad de saber sobre cómo crear bases de datos, por ejemplo, o especializaciones en economía para no economistas, que les permiten a los profesionales adquirir capacidades de análisis a partir de datos generados por otros para hacer mejor toma de decisiones y comprender mejor contextos nacionales e internacionales. Existen incluso maestrías en gestión de deportes, inteligencia artificial o en Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés).
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Estas posiblemente no existían hace unos años y un currículum tuvo que ser creado específicamente para responder a la nueva cotidianidad de las empresas y del talento. De hecho, muchas empresas apoyan a sus empleados en capacitación de habilidades blandas y duras. Algunas, por ejemplo, pagan un porcentaje (grande) de cursos de idiomas, otras tienen alianzas con sitios web, academias y bancos para facilitar el acceso a créditos educativos o con las mismas instituciones educativas para impulsar a su talento a seguir aprendiendo.
Así mismo, las grandes empresas han descubierto que no solo se trata de que su talento se prepare constantemente con este tipo de programas. Microsoft, Google e incluso LinkedIn consideran que adquirir habilidades específicas incrementan el valor de un empleado, por eso estas cuentan con plataformas que dan cursos gratuitos y pagos que prometen responder a las necesidades de las empresas, aunque de forma mucho más específica en lugar de forma holística como lo hace un programa de una universidad. Entre algunos está el desarrollo de habilidades blandas: ser mejor líder en equipos, aprender a hablar en público e, inclusive, productividad. Otros cursos se enfocan en habilidades duras y que pueden ayudar al profesional en su labor en el día a día, por ejemplo, clases sobre manejo de redes sociales e influencia de clientes.
Escoger con cuidado el futuro profesional no solo depende entonces del tipo de empresa, sino del valor que le demos a la educación y a conocer los problemas que surgen con las nuevas tecnologías y los cambios de los consumidores. Crecer constantemente y tener resiliencia ante los retos es la clase de talento por el que las empresas apuestan día a día.
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