Todo emprendedor sueña con triunfar con su negocio y hacer su sueño una realidad. Para muchos, esa meta es lograr vender la startup, ya sea a través de fusiones y adquisiciones, o mediante ofertas públicas iniciales. Sin embargo, una mala planeación, un optimismo exagerado y el desconocimiento puede perjudicar estos planes.
Itay Sagie, quien trabaja en Allied Advisers, compartió en Crunchbase lo que en su experiencia, son alertas que pueden espantar a posibles inversionistas y compradores. Estas situaciones pueden reducir la valorización o incluso romper el acuerdo por completo. Por lo tanto, la recomendación es evitarlas desde el principio. He aquí los principales problemas a mitigar:
1. Subcontratación.
La subcontratación es una opción para adquirir talento de calidad, a través de un tercero, lo cual no tiene nada de malo en principio. Las señales de alerta se pueden presentar si los compradores creen que estos contratistas tienen información clave del negocio y son fundamentales para la propiedad intelectual, por lo cual querrán incorporarlos directamente. Como es de esperarse, estás agencias no estarán muy dispuestas a dejar ir a su talento y podrán cobrar en exceso por liberar el recurso.
Para mitigar esta situación, se debería incluir una cláusula en el contrato original que aborde este escenario de venta de la startup. La idea es definir un precio fijo para contratar a cualquier persona directamente por la empresa. De esta forma, el precio no se verá modificado por las valoraciones que se puedan hacer posteriormente sobre el negocio.
Te puede interesar: Globant invertirá US$750.000 en dos startups colombianas.
2. Convenios.
Todo negocio establece una serie de contratos, convenios o alianzas con proveedores, clientes, revendedores, etc., que serán evaluados por los inversionistas. Puede que en algunos casos no haya ningún inconveniente, pero puede que algunos no vayan de acuerdo con el plan del comprador. Es normal que quieran eliminar algunos clientes, si son competencia, o que deseen usar su fuerza de venta interna, o que prefieran trabajar con otros distribuidores. El problema surge si no hay posibilidad de rescindir dichos convenios porque puede que el inversor no esté dispuesto a renegociarlos todos. Igualmente, puede que haya algunos socios que quieran aprovechar la situación para aumentar el valor de cancelación del contrato.
Por consiguiente, lo ideal para mitigar este caso, es establecer cláusulas para cancelar los contratos. De esta forma, si es necesario, se seguirán las reglas y los términos estipulados y se podrán rescindir los convenios de forma anticipada sin mayor inconveniente. Especialmente, no tendrán que pagar cifras elevadas por concepto de la valoración.
Te puede interesar: Uber adquirirá 100% de Cornershop por $3.000 millones de dólares.
3. Emprendedor(es).
La codicia es algo natural, pero debe manejarse con moderación. Los fundadores pueden soñar con recibir mucha inversión sin sacrificar mucho, sin embargo esto puede afectar el negocio al largo plazo. Por lo tanto, una alianza con un inversor inexperto, puede salir costosa. Por ejemplo, si un comprador invierte $2 millones de dólares por el 5%, esto representaría una valoración de $40 millones. Hasta aquí, todo bien. El problema puede surgir si la compañía desea hacer una nueva ronda, con inversionistas mejores y más experimentados, que probablemente le huirán a valoraciones demasiado elevadas y sin justificación real.
En este caso, lo mejor es conocer las normas de la industria y tratar de seguirlas. Cualquier comportamiento errado por parte del empresario o del inversionista, que esté muy distante a las reglas de la industria, afectará el negocio a largo plazo. Por lo tanto, intente seguir las normas, solicite y acepte valoraciones justas. Ya en rondas futuras o para la venta final, el proceso será mucho más fluído si no se han cometido ninguno de estos errores.
En conclusión, asesorarse con expertos y documentarse adecuadamente antes de tomar decisiones puede ayudar a los emprendedores a evitar errores que afecten la startup a futuro.
Imagen: Werner Heiber en Pixabay.