La película original de Space Jam era un destino inescapable para todo niño nacido en los 90. Así, es seguro que todo contemporáneo mío tendrá algún recuerdo de ir al teatro y ver por primera vez a Michael Jordan engañar a los Toons con una botella de agua, mientras que competían con unos monstruos que habían robado el talento de los atletas más talentosos del mundo. La película quizás no ha envejecido tan bien, pero la nostalgia de aquellos que no la han repetido quizás les traiga estas memorias de la infancia y el deseo de repetir la experiencia.
‘Space Jam: una nueva era’ llega para alimentarse de esa nostalgia, pero también para intentar traer de regreso a Bugs Bunny, el Pato Lucas y el Correcaminos (nombres que, seré honesto, no sé si alguien de 10 años reconocerá). La película tiene como protagonista a LeBron James, que está intentando enseñar a sus hijos su propia filosofía al momento de jugar en la cancha. Sin embargo, uno de ellos está más interesado en hacer juegos que en cumplir el sueño de su padre. Mientras que esto ocurre, LeBron es llamado a Warner Bros. Donde Al. G. Ritmo, una inteligencia artificial, tiene planes para convertir al basquetbolista en la estrella de su propio proyecto… lo quiera hacer o no.
En términos generales, ‘Space Jam’ es una película perfecta para ir a ver el fin de semana, pasarla bien las dos horas en la sala y después olvidarnos de ella por el resto de nuestras vidas. La razón está en que sus puntos buenos sobresalen tanto como los malos. Su sentido del humor es impecable y es seguro que conseguirá hacer estallar de risa a aquellos menos preparados para sus chistes. También le apuesta a un crossover interesante, que en sus mejores momentos brilla con encanto.
Pero, en el lado opuesto, Warner Bros no sabe cómo controlar su músculo de propiedades y termina por enterrar la historia en una exhibición de las licencias que posee al punto en que resulta molesto. Su historia de padres e hijos, además de aceptar quienes somos termina también sepultada bajo todo este fan service… aunque para ser honestos no es que se pierda mucho de valor en el camino.
Slam Dunk con el sentido del humor
Quizás la mejor sorpresa que se lleven muchos al momento de ir a ver ‘Space Jam: Una nueva era’ es lo divertida que resulta durante su duración. Uno de los puntos más fuertes que tiene la película está en su sentido del humor. Las referencias contantes, la ruptura de la cuarta pared o los chistes prolongados pocas veces resultan en tiros no encestados. Es una película que parece creada precisamente con el fin de mantener al público entretenido con un sentido del humor que es, quizás, el mejor uso del excesivo fanservice a lo largo del filme.
Hay momentos en los que resulta imposible no reírse. Ver al gallo Claudio montar un dragón o la abuelita moverse al ritmo de Matrix… sí, no son los chistes más refinados del mundo, pero aquí apostamos por la capacidad de hacernos soltar una carcajada y nos las capas de profundidad. Quizás la única advertencia aquí es que las personas quizás aprecien más este sentido del humor sí son cinéfilos y amantes de la TV dedicados… con lo que es posible que muchas de las bromas pasen encima de los más pequeños sin que las entiendan.
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Por supuesto, también está su humor de Looney Toons: ver al pato Lucas recibiendo lo peor de un ataque o a El Coyote cayendo víctima de algún plan para atrapar al correcaminos… hay humor para todas las partes, lo que hace de la película un plan familiar ideal para este fin de semana.
‘Space Jam: Una nueva era’ o ‘Cómo Warner Bros. nos mostró todas las licencias que tiene’
Me pregunto en qué punto de la reunión para discutir ‘Space Jam: Una nueva era’ Warner Bros. dijo: ‘saben qué… usemos todas las licencias que tenemos’. Porque, en verdad, hay momentos en los que la película parece un comercial enorme de Warner Bros. indicando todas las propiedades intelectuales que posee más que un filme sobre basketball. Es un desfile de referencias que no parece tener filme y que convierte a ‘Space Jam’ no tanto en una película sobre los Looney Toones y más en un desfile de todos los clips de películas que no puedes utilizar en YouTube si no quieres tener tu video removido.
Y, en cierto punto, es una herramienta efectiva. Ver al LeBron James emocionado por descubrir a qué casa de Hogwarts pertenece tiene encanto. Sin embargo, llega un punto en el que todas estas referencias se convierten en un ruido que termina por molestar, más que encantar. Hay una diferencia muy delgada entre los homenajes y el fanservice, que la cinta no sabe manejare muy bien.
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De hecho… los Looney Tunes casi que parecen relegados en esta película. En esas ironías del destino, el centro de la atención se lo llevan estos crossovers y no necesariamente el grupo de personajes que reúne. El Gallo Claudio tiene dos líneas y desaparece en el fondo de Warner recordándonos por primera décima vez que ellos tienen los personajes de DC. ¿Alguien si quiera se acuerda del monstruo de Tasmania? ¿No? Space Jam, al parecer, tampoco.
Por ejemplo, hay esta escena en la que todos los personajes de las franquicias de Warner se reúnen para ver el partido de LeBron ¿hubiera sido mejor poner a Voldemort o Lex Luthor a competir? Por supuesto que sí. En este caso las referencias tienen algún propósito mayor que simplemente el demostrar ‘miren cuántas franquicias tiene hoy Warner’. En vez de eso ‘Space Jam’ pone a un montón de extras vestidos como personajes de su franquicia a distraernos del partido, como si ver a los asistentes de la Comic Con hacer barra a Bugs Bunny fuera lo que esperábamos del filme.
Una historia que rebota sin encestar
Seamos francos: nadie ve ‘Space Jam’ por su historia. Sí, la imagen de un joven Michael Jordan practicando frente a la cancha es uno de los mejores momentos de la película… pero sabemos que en verdad el mensaje y trama no son nada del otro mundo. Y, en este sentido, ‘Space Jam: Una nueva era’ es un poco de lo mismo.
Su trama sobre ser fieles a quienes en verdad somos no es nueva (de hecho, Disney tiene al menos dos trilogías dedicadas a este tema). El enfoque que pone en la relación entre padre e hijo se desarrolló con el tacto y profundidad que puede esperarse de una cinta de este tipo (es decir… no esperen llorar) y su historia se sostiene en que estemos distraídos con las luces y acción.
Veredicto: salta… tira… y encesta, por los pelos 3.7/5
‘Space Jam: Una nueva era’ es una película que puede ser perfecta para uno de estos fines de semana en los que no hay nada más que ver. Su sentido del humor garantiza que la inversión en la boleta no se pierde y, para grandes y adultos, hay una cantidad mínima de diversión garantizada. Pero también se siente como un producto que Warner. Bros hizo en una palmada de auto felicitaciones, insertando cuanta referencia podían sin algún tipo de homenaje mayor que el de recordarnos que vivimos en una época de monopolios del entretenimiento.
Al menos LeBron resultó ser mejor actor que Michael Jordan.