Cambiar de nombre, le sirvió a Meta para que durante varias semanas el mundo dejara de asociar a Facebook con los documentos internos que Frances Haugen entregó al Wall Street Journal. Sin embargo, el jueves 18 de noviembre, un grupo de fiscales generales de California, Florida, Kentucky, Massachusetts, Nebraska, Nueva Jersey, Tennessee y Vermont, anunció que abrió una investigación en torno a Meta para determinar si la compañía ignoró conscientemente los efectos negativos de Instagram en los usuarios más jóvenes revelados en los Facebook Papers.
Y es que el contenido de la filtración que sumergió a la empresa de Mark Zuckerberg en una profunda crisis reputacional, es tan delicado, que medios como The Washington Post fueron contundente a la hora de publicar algunos fragmentos: “Los documentos revelan que el gigante de las redes sociales ha rastreado de manera privada y meticulosa los daños del mundo real exacerbados por sus plataformas, ha ignorado las advertencias de sus empleados sobre los riesgos de sus decisiones de diseño y ha expuesto a las comunidades vulnerables de todo el mundo a un cóctel de peligros”. El señalamiento (que va de la mano con el que hace la misma Haugen), sostiene que Meta no solo sabía sobre las consecuencias psicológicas que desencadena Instagram en los adolescentes, sino que también se habría apoyado en ellas para generar una red social cada vez más adictiva para este público.
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“Facebook (ahora Meta) no ha logrado proteger a los jóvenes en sus plataformas. En cambio ha optado por ignorar o, en algunos casos, incentivar cierto tipo de manipulaciones
que representan una amenaza real para la salud física y mental: explotar a los niños con el fin de generar ganancias”, expresó a través de un comunicado, la fiscal general de Massachusetts, Maura Healey, quien también hará parte de la investigación.
Los estudios internos de Meta se habrían realizado durante los últimos tres años con el fin de examinar cómo Instagram afectaba a sus usuarios jóvenes. Estos habrían dado cuenta de conclusiones como entre los adolescentes analizados, hubo quienes informaron que navegar por la red social les detonaba en ocasiones pensamientos suicidas, ansiedad, depresión y una mala percepción de sus cuerpos. Además de esto se supo también que al menos el 32 % de las adolescentes que manifestaron sentirse avergonzadas de su figura, consideran que Instagram las hace sentir peor.
Ante los cuestionamientos sobre las prácticas de Meta sobre Instagram y la investigación que ya está en curso, Liza Crenshaw, quien portavoz del gigante tecnológico, sostuvo en un comunicado que dichas acusaciones eran “falsas” y que estas solo demostraban “una profunda incomprensión de los hechos”.