En el año la industria de los videojuegos presenta al menos unos 1.000 juegos nuevos tanto para computadores como para las diferentes consolas existentes, algo que no sería posible si no existieran suficientes usuarios consumiendo los juegos. No obstante, muchos de esos jugadores no logran mantener un límite entre los videojuegos y la vida real, transformando el pasatiempo en una adicción. Con el fin de solucionar esta problemática, en Reino Unido crearon una clínica especializada en esta adicción.
Para millones de personas, los videojuegos son tan solo un pasatiempo, entretenimiento, incluso, un medio de comunicación con personas de todo el mundo. Sin embargo, en 2019, la OMS incluyó de forma oficial en su Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE), el trastorno por uso videojuegos. Razón suficiente para que en este mismo año, la Fundación NHS del Centro y Noroeste de Londres abriera las puertas del Centro Nacional de Trastornos del Juego.
Los pacientes reciben varias sesiones de terapia, a las que, en algunas ocasiones, se unen los padres y/o familiares. Incluso, según los psicólogos del centro, en dichas sesiones se pueden evidenciar problemas más agudos entre los familiares. Dentro de los tratamientos no se pretende prohibir los videojuegos, de hecho, no es posible que los pacientes dejen totalmente la adicción, solo se les pone un límite de dos horas diarias y al cumplir esto se les recompensa. Así mismo, cuando el paciente hace otras actividades como tareas de colegio o ejercicio, se les recompensa con los juegos.
Convencer a los gamers que tienen realmente una adicción no es sencillo, por lo que asistir a terapias tampoco es una tarea fácil. En estos casos, los trabajadores de la clínica acceden a las sesiones por videollamada, de esta manera están accediendo al medio de comunicación que generalmente utiliza el paciente.
Te puede interesar: China reduce el tiempo de videojuegos a una hora
Pero ¿cómo determinar si el pasatiempo ya es una adicción? Según la BBC, el deseo de los pacientes por jugar es tan extremo que llega a generar enfrentamientos y situaciones de violencia con sus familiares y grupo social. De hecho, cuando se les niega el acceso a los videojuegos, muchos de ellos amenazan con suicidarse. Sus interacciones sociales se limitan a las personas con las que comparten en línea mientras juegan.
“Sabemos que el trastorno relacionado con los videojuegos es una afección bastante rara. Los síntomas pueden ser realmente muy graves, algo que nos ha sorprendido. A menudo, las personas tienen dificultades para controlar sus emociones. Tienen problemas con la ira, la ansiedad y experimentan un bajo estado de ánimo. También aparecen síntomas físicos como la pérdida de sueño. Eso se debe a que juegan de noche para conectarse con jugadores en el extranjero” comenta Rebecca Lockwood consultora y psicóloga clínica.
Actualmente, la clínica logra tratar hasta 50 pacientes por año, pero tan solo en 2021 recibieron 200 pacientes debido a la pandemia, comentó Becky Harris, directora y terapeuta familiar de la clínica. De los pacientes que llegan allí, el 89% son masculinos. El rango de edad es variable, pues han llegado a tratar niños de 8 años y personas mayores de 60 años.
Imagen: Pixabay