Twitter ahora pertenece al hombre más rico del planeta. La compra de la red social es la noticia de tecnología más importante del año, principalmente por la incertidumbre que nos deja su nuevo dueño. Elon Musk ha sido vocal con su intención de hacer de la plataforma un lugar que refleje su filosofía libertaría.
En la primera carta que Musk presentó a la mesa directiva de Twitter, ofreciendo comprar la red social, aseguró que quería que Twitter fuera un lugar para la “completa libertad de expresión”.
Lo que para muchos despierta de la duda de: ¿Qué rayos quiere decir esto?
Moderación: el mayor problema de Musk
Donald Trump, ex presidente de los Estados Unidos, aseguró que no tiene planes de regresar a Twitter. Si podemos confiar en su palabra (cosa que, no deberíamos hacer) la sanción impuesta se debe mantener. Musk, por otro lado, cree que la moderación de Twitter no debería limitar quién puede o no publicar en la red social.
Musk cree en un Internet libre. Libre sin condiciones. Sin que compañías como Twitter puedan determinar cuándo un perfil puede dejar de participar en la conversación pública. No considera que es el lugar de las redes sociales el administrar el contenido que generan los usuarios.
El Twitter de Elon Musk, por ejemplo, no cree en ocultar publicaciones, en sancionar perfiles o en crear nuevas reglas que limiten la difusión de ciertos temas: Twitter sin cadenas, proclaman los fans de la visión del multimillonario.
Responsabilidad: el verdadero problema de Musk
El problema es que la misma cuenta de Elon Musk demuestra por qué las redes sociales hoy necesitan un nivel de moderación. Aunque el Multimillonario proclama la libertad de expresión, a través de su perfil se ha dedicado a compartir información falsa (memorable un trino en el que aseguraba que el COVID era menos infeccioso en niños). También ha aprovechado su status para promover criptomonedas en las que ha invertido, comprobando la facilidad que tiene una figura pública para afectar el discurso público.
Musk es mejor conocido por ser un troll en Twitter. Por publicar para generar reacciones, independiente del contenido real. Por realizar comentarios al azar que en el mejor de los casos atraen conversaciones sin sentido y en los peores han afectado la reputación de personas reales.
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La visión de Musk preocupa, porque ignora el hecho comprobado de qué Internet y en particular las redes sociales no son un lugar equitativo: el número de seguidores, si eres una figura pública, el tono de la conversación, la facilidad con la que se replica; todos estos factores le han dado a los influenciadores en Twitter un espacio en el que pueden compartir información falsa sin mayor repercusión.
El problema real que enfrenta la visión de Musk es que asegura querer un Internet más libre, pero en la práctica parece que quiere conseguir uno en el que los usuarios tengan menos responsabilidades con lo que dicen. Algo que la situación actual ha comprobado no es ideal, cuando se puede crear una bodega para crear polémicas desde cero, presidentes pueden difundir información falsa sobre una pandemia mortal y multimillonarios pueden manipular monedas digitales para su beneficio.
Imágenes: archivo ENTER.CO