Enojadas están las turbas en foros como Reddit porque su programa de TV favorito se ha unido a las modas ‘progres’. Molestos están los fans de que en un show de súper héroes ahora estemos hablando de temas como ‘Black Lives Matter’. Algunos, con ese tacto que caracteriza a cualquier discusión civilizada, gritan que The Boys se sumó a la moda woke y que ahora es un show político.
Quizás el súper poder más urgente sea el de la comprensión de lectura. Porque The Boys siempre fue un show político.
Esperen… ¿Homelander es el malo?
La pantalla de tu TV tiene que ser de plomo, para que no vieras a tres metros que desde el inicio The Boys era algo más que una serie súper sangrienta de súper héroes. Lo es y siempre lo será, pero la sangre, tripas y sexo con pulpos son solo una elección de estilo. Una muy inteligente, debemos agregar, porque hace que la serie sea mucho más entretenida de ver.
Por ejemplo, no he podido encontrar una justificación razonable ante la sorpresa para muchos esta temporada cuando se ‘revela’ que Homelander es un sociópata cruel, obsesionado con obtener el apoyo público al mismo tiempo que detesta a aquellos que lo hacen. ¿No les quedó esto claro cuando él decide dejar caer un avión después de (en un acto de ineptitud) matar a los terroristas y dejar al vehículo sin un piloto? ¿No sospecharon que estaban frente a alguien cruel cuando decidió apoyar el plan de una nazi, convencido de su superioridad?
Vamos a dejar algo claro. Homelander no es el Superman malo. Homelander es un Superman si hubiera sido criado por una corporación. A lo largo de las temporadas se ha destacado como, contrario a lo que se muestra públicamente, Homelander puede ser con facilidad el más incompetente de todos los súpers, al mismo tiempo que es el más aterrador.
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Nada más falso (y fácil de vender) que el heroísmo
Y esta es la cosa… de todos los villanos crueles, de todos los enemigos que existen, de todas las amenazas en este mundo, quizás la más terrible es la idea de que una corporación tenga el poder para salirse con la suya.
Ya en la primera temporada nos lo advertían. Cuando Stralight recibió su cambió de imagen convirtiéndola en un símbolo sexual, porque eso vende más. En los cómics el traje que inicialmente le ofrecen es mucho peor y la motivación más repugnante: una representación de su acto de rebeldía después de ser violada.
De nuevo, aclaraciones obvias. The Boys no fue sobre un grupo de mercenarios buscando matar ‘malos súper héroes’. Fue sobre personas normales enfrentándose a una corporación capaz de callar cualquier escandalo para mantener a sus estrellas libres de cualquier culpa.
Cualquier parecido con la realidad
La cosa es que en la última temporada The Boys se cansó de la sutileza. Y para dejar en claro su punto comenzó a utilizar referentes que son difíciles de ignorar. Pero esto, al menos a nuestro parecer, solo ha mejorado su humor e importancia.
The Boys lanza un show al estilo Fox y demuestra cómo funciona la estrategia de deslegitimizar a la prensa. The Boys literalmente pone a un súper policía, con la capacidad de matar a alguien a través de la autoridad que tiene, y nos muestra lo ridículo de que alguien en esa posición se sientan amenazados, nos muestra a nazis caminando en las calles y las personas encontrando justificaciones para esto.
Esto no es The Boys siendo Woke. Al menos no más Woke que Flecha verde muchos años atrás cuando encontró a Speedy inyectando heroína en su brazo. No es más Woke que los X-Men siendo una metáfora para los problemas de racismo en los 60 y continuando con esta idea hasta el presente.
La cosa, querido lector, es que The Boys no se volvió woke. Es que toda buena historia de súper héroes siempre lo ha sido.