Nos guste o no, siempre que navegamos en Internet dejamos una huella digital que dice mucho de lo que somos o hacemos. Nadie escapa de este rastro y lo que dice de ti puede ser usado para lo bueno o para lo malo. ¡Presta atención!
¿Qué es la huella digital? No es lo mismo que huella dactilar, aunque cumple una función muy parecida. Cada vez que navegamos en Internet dejamos un rastro. Al comentar, dar like, compartir o publicar, estamos entregando información útil en todo sentido. Esta es la huella que es más fácil de ubicar y que no queremos ocultar. Pero ¿sabías qué buscar en internet, ver videos o detenerte por mucho tiempo de una publicación también deja huella?
Esta es la información que pocos conocen porque es la que usan los detectives para investigar y saber si has cometido algún delito informático. El anonimato no es una regla en internet, por mucho que quieras conseguirlo. Cada movimiento, incluso cuando hablas con tu asistente personal (Siri, Alexa o Cortana) estás dejando una huella. Esto es lo que los investigadores llaman “metadatos” y por él es que se conoce nuestro perfil en Internet.
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Es claro que nuestro perfil puede ser positivo o negativo. Esto depende de nuestro comportamiento en las redes. Más allá de nuestro nombre, gustos y demás que hemos colocado en Facebook, Instagram, TikTok o Twitter. Es importante que sepas que toda esta información en Internet es pública y aunque no lo creas, hay quienes pueden acceder a ella para cosas buenas o malas.
Por ejemplo, un hacker o delincuente puede saber tus rutas, restaurantes o lugares más frecuentados. Se pueden saber tus gustos, viajes o compras solo con revisar tus publicaciones. En gran medida el nivel de privacidad de tu vida depende de ti. Lo que publiques o lo que hagas en Internet puede ser usado en tu contra si tú lo permites.
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