Twitter quiso competir con OnlyFans como plataforma de contenido para adultos. Por lo menos así lo consideraron los directivos de la red social a principios de este año.
Luego de muchos años de permitir silenciosamente el contenido para adultos, Twitter se planteó permitir a los creadores de contenido vender suscripciones. De haberse materializado esta propuesta, la red social se habría arriesgado a una reacción violenta por parte de los anunciantes. Estos son los que generan la mayoría de los ingresos de la plataforma.
Si Twitter se hubiese decidido a competir con OnlyFans, seguramente los ingresos podrían haber superado las pérdidas de los anunciantes. Si se consideran los 2500 millones de dólares que ingresaron a OnlyFans en este año, la mitad de lo que gana Twitter en 2021.
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Por esta razón, algunos de los ejecutivos de la empresa consideraron que Twitter podía comenzar a capturar parte de ese dinero. Esto debido a que la red social se ha convertido en el principal canal de marketing para los creadores de contenido de OnlyFans. El propósito era destinar esos recursos a un nuevo proyecto llamado Monetización de contenido para adultos.
Según la información revelada por el portal The Verge, Twitter habría convocado a un “Equipo rojo” de 84 empleados para tomar la decisión definitiva. Sin embargo, lo que descubrió el equipo terminó de hundir el proyecto. Resulta que durante años Twitter ha dejado de vigilar de manera efectiva el contenido sexual dañino en la plataforma. Por eso no es posible ofrecer un nuevo servicio para adultos de manera segura.
De hecho, el informe revela que Twitter no es capaz de detectar con precisión la explotación de contenido sexual infantil. Tampoco puede vigilar la desnudez no consentida. Adicionalmente, la empresa carece de herramientas para verificar que los creadores y consumidores de contenido para adultos fuesen mayores de edad.
Semanas después del informe, llegó la propuesta de Elon Musk para comprar la plataforma por 44.000 millones de dólares y entonces se archivó el proyecto indefinidamente. Lanzar un servicio de estas características sin tener las herramientas para vigilar el contenido explícito dañino solo agravaría el problema.
Imagen: Souvik Banerjee en Unsplash